Su madre se encontraba sedada desde hacía unos días para poder controlar los síntomas. Permanecía con los ojos cerrados y la expresión tranquila, excepto cuando la movían para cambiar el pañal. Los hijos, su marido y los familiares que acudían a visitarlos entraban y salían de la habitación, moviéndose por toda la casa.
En un momento dado, B. observó una mueca diferente en su cara, se acercó, se acostó a su lado en la cama, las dos solas, y acariciándole la cara le dijo al oído: “Vete tranquila mamá, nosotros nos ocuparemos de papá, todos estamos y estaremos bien, no te preocupes... descansa.” Le dio un beso y notó que su madre volvía a respirar plácidamente, cada vez con menos ruido... hasta que dejó de hacerlo.
Nos decía que ahora sentía una gran paz, como si fuera una isla de calma y serenidad en medio de un mar de dolor.
4 comentarios:
Te sucedió algo maravilloso: le dijiste a tu madre que había quien cuidara de aquellos que ella quería. tuviste el don de esa percepción. Comprendo cómo te sientes... algo parecido me sucedió con mi padre. Ahora él cuida de nosotros
Me alegro por tí, Anónimo.
Un abrazo
Tuve la oportunidad de hacer lo mismo. Se siente la serenidad de ambos lados.
Gracias por compartirlo.
prA mi me ocurrió algo parecido después de 3 días de agonía,le dije a mi pade descansa,vete tranquilo...y..todavía me afloran las lágrimas,al cabo de media hora mi padre descansó...Y estoy convencida de que desde dónde se encuentra cuida de nosotros
Publicar un comentario