miércoles, 14 de agosto de 2013

... desde los cuidados.


Introducción del documento: 


Desde hace algo más de 9 años, coincidiendo con el día mundial del Alzheimer, escribo un artículo sobre el enfermo y su familia que padecen esta enfermedad. Estos artículos han sido publicados en la sección de Opinión del periódico El Correo. En ellos reflexiono públicamente lo que aprendo cada día desde los cuidados que como profesional de la medicina les procuro a estos enfermos. Lo que pretendo con este sencillo libro es compartir con usted que ha elegido leerlo estas reflexiones. 
La primera pregunta que me hago es ¿quién es la persona con Alzheimer? Ellos mismos me han dado la respuesta más certera al cuidarles: es alguien que ha perdido la consciencia de sí mismo pero que mantiene la capacidad de recibir emociones mediante la comunicación no verbal. Estos enfermos necesitan ser cuidados y sin duda alguna los héroes del Alzheimer no somos los médicos, los investigadores, etc. son sus familiares, sus cuidadores. Cuidadores que en muchas ocasiones están desbordados y dicen “¡No puedo con todo!”. Ellos también necesitan de nuestros cuidados.
Los enfermos que padecen Alzheimer nos necesitan a todos. Necesitan a los investigadores, a los sanitarios, a los cuidadores, a su familia, a las instituciones, necesitan a toda la sociedad.
Cuando tenemos en cuenta el pensamiento de “Haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” y lo ponemos en práctica cuando cuidamos a estas personas frágiles, comprobamos la satisfacción de hacerlo siguiendo la máxima tan repetida de hacer (o no hacer) lo que a uno le gustaría que le hicieran si estuviera en esa misma situación de vulnerabilidad. Si además, le cuidamos con caricias comprobamos que el lenguaje del cariño nos mantiene cercanos a quien cuidamos.
La enfermedad de Alzheimer tiene un final y como todo enfermo en fase terminal tiene derecho a morir en paz y con dignidad. Su familia podrá enfrentarse mejor a su pérdida si ha muerto de una manera serena y sin sufrimiento a la que una persona tiene derecho. A quien padece esta enfermedad memoria se va para siempre, pero su familia nunca olvidará el cariño que se transmitieron.
Espero que en las siguientes páginas encuentre ayuda, consuelo, y esperanza para continuar cuidando a su familiar desde el acercamiento y desde el cariño.

Dr. Jacinto Bátiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario