Nelson Mandela ha muerto a los 95 años. Dejamos
unas cuantas reflexiones breves y directas sobre la libertad, el racismo o el
deber social.
"Si yo tuviera el tiempo en mis manos haría lo mismo otra vez. Lo mismo que haría cualquier hombre que se atreva a llamarse a sí mismo un hombre".
"Mi padre seguía gritando: Nodayimani, tráeme mi tabaco. El grito era persistente, y finalmente se lo llevaron, le llenaron la pipa con tabaco, se la encendieron y se la pasaron ya preparada, y entonces fumó y murió fumando.
Una experiencia demoledora fue la muerte de mi hijo mayor en
un accidente de coche. Además de mi hijo era mi amigo, y me dolió muchísimo, en
realidad, no poder presentar mis respetos, mis últimos respetos ni a mi madre
ni a mi hijo mayor.
Tenía cáncer de próstata y lo comenté con mis amigos en la
cárcel. Mirad – dije – creo que mejor lo
anunciaré públicamente yo mismo, porque si voy al médico la gente empezará a
murmurar: ¿Sabías que Mandela tiene cáncer?
La educación es el arma más poderosa que puedes usar para
cambiar el mundo.
Derribar y destruir es muy fácil. Los héroes son aquellos que
construyen y que trabajan por la paz.
Siempre parece imposible hasta que se hace.
No hay nada como volver a un lugar que parece no haber
cambiado para descubrir en qué cosas has cambiado tú mismo.
Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes,
porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos.
El arma más potente no es la violencia sino hablar con la
gente.
El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una
herramienta tan poderosa.
Después de escalar una gran colina uno se encuentra sólo con
que hay muchas más colinas escalar.
Lo que cuenta en la vida no es el mero hecho de haber vivido.
Son los cambios que hemos provocado en las vidas de los demás lo que determina
el significado de la nuestra.
Una buena cabeza y un buen corazón son siempre una
combinación formidable.
Si esperas las condiciones ideales, nunca se darán.
Una de las cosas más difíciles no es cambiar la sociedad sino
cambiarse a uno mismo.
Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o
su origen, o su religión.
Si hay que decepcionar a alguien, cuanto antes mejor.
La libertad es inútil si la gente no puede llenar de comida
sus estómagos, si no puede tener refugio, si el analfabetismo y las
enfermedades siguen persiguiéndoles.
Yo no nací con hambre de ser libre, yo nací libre, libre en
cualquier sentido que yo pueda entender.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario