FRAGMENTOS DE ESPEJOS ROTOS
“Muchas veces cuando estás al cuidado de un ser querido
enfermo, sientes que te falta poco para rendirte. Así me siento hoy.” S.D.
“Cuando mi abuelo ya no sabía quién era yo, ni tan sólo quién
era él, me asomaba todas las noches a su cama y al agacharme se me caía un mechón
de pelo hacia delante. Él se pasaba tiempo y tiempo y tiempo colocándomelo
detrás de la oreja. Por tantos momentos mágicos como ese, no puedo odiar al
Alzheimer. Tampoco le puedo querer, se llevó lo que más quería en el mundo.”
M.R.
“Allí estaba, impecable, sentada al borde de su cama con la
mirada perdida entre los sauces que alcanzaba ver a través de la ventana.
Llevaba puesto un abrigo gris a tono exacto con su pelo, guantes, bolso y
zapatos... para ir a ningún lado.” A.L.
“Ya hace 5 años que se murió mi madre, de Alzheimer claro. Lo
viví como hija única, llena de miedo, disimulando sus equivocaciones para que
pareciera "normal" y muchos etcéteras. Viví un infierno. Pero la vida
me dio tiempo para aprender, para buscar una asociación que me ayudara a
entender, para leer, aceptar y adaptarme. Es curioso. Hoy es la primera vez que
expreso esto. Resulta difícil sacarlo fuera. Tal vez, porque quien no lo conoce
en primera persona no puede entenderlo.” I.C.
“Se pasa todo el día llorando y gritando. Mantiene su
tratamiento farmacológico para ello. Pero es tal la pena que tiene de verse así
que no puede evitar el llanto porque ella se da cuenta de todo. Hay días en los
que no puedo más. Soy trabajadora social y he trabajado en alguna residencia de
ancianos. He visitado otras y no podría vivir sabiendo que mi madre está allí.
Pero es tal mi agotamiento que hay muchos días y momentos en los cuales me
planteo su ingreso. Pero de momento y después de casi 3 años voy a seguir
teniéndola en casa. Aunque me cueste mi salud mental y física. Porque además del
cansancio físico y el desgaste psicológico, ya me empiezo a notar cada vez más
quemada porque estoy sola para todo, como si fuera hija única. No me importa
sacrificar mi vida por mi madre, porque es lo único que tengo. Pero en todos
estos años de su enfermedad, me he dado cuenta de muchas cosas y he aprendido
mucho: quién es verdaderamente tu amigo. Siempre he sido una persona de muchos
amigos, pero he perdido muchos. También he perdido a mi pareja. No sé por qué
te cuento todo esto. Sólo soy un caso más de tantos, de personas cuidadoras, de
personas que sufren por ver a su ser querido enfermo. Sé que no voy a conseguir
nada relatando mi caso.” P.G.
“Llevo aproximadamente tres meses de cuidadora de mis padres
y el estrés está acabando conmigo. Soy enfermera y pensé que sería más fácil
para mí pero es todo lo contrario.” M.G.
“Vivo con mi madre de 87 años y mi marido de 60. Los dos
tienen Alzheimer. Hay días en los que no sé cómo seguir entre él (que no
recuerda lo más inmediato) y mi madre (que me confunde con su propia madre). Me
angustio muchísimo y me doy cuenta de que no cuento con herramientas para que
no me afecte tanto a mí y poder darles a ellos una mejor atención. No sé cómo
seguir. Sé que lo peor va a llegar más adelante y tendré que estar preparada
para ello. Todo en casa depende de mí.” S.L.
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Feliz Navidad! Eguberri eta Urte Berri On!!
ResponderEliminarAunque estas fechas no me gustan especialmente... Feliz Navidad para ti también, Iñaki.
ResponderEliminarEste año entre las cosas buenas, ha estado "conocerte" virtualmente.
Un abrazo enorme :D
Gure aurten eta beti nahiak onena. Iñaki muxuak
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