Conrado Urbán fue diagnosticado de Alzheimer hace dieciocho años. Desde entonces, su esposa, Sofía, que tenía 32, decidió cuidarlo en casa. Su hijo, Alex, ha descrito en un libro la relación con su padre y la 'condena' que supone esta terrible enfermedad. Crónicas refleja la entrega de esa familia.
Cuando fue diagnosticado, los hijos de Conrado tenían 10 y 12 años. Desde entonces se convirtieron, de manera natural, en acompañantes, en lazarillos de su padre. Al principio podía salir a pasear solo. Un buen día se perdió, cuando había salido a comprar churros cerca de la casa. Los paseos se fueron reduciendo, hasta que quedó postrado en la casa. Hubo una temporada en la que Conrado gritaba sin parar. Después se tranquilizó. Álex, que era entonces un adolescente, comenta que no odiaba a su padre, si no a la situación.
En el reportaje Álex disiente de su hermana Noelia y de su madre Sofía. Según él,Conrado ya ha llegado a un estado en el que no se entera de los gestos y caricias. Ellas dos piensan que sí. Están convencidas de que Conrado todavía responde a los anuncios de que va a llegar su hija, a los abrazos, a los besos.
Sofía, dice que, quizás ha actuado como una autómata y que su decisión de atenderlo en casa, marcó la vida de sus hijos. Pero continúa en firme. Mientras tenga fuerzas seguirá atendiendo a Conrado junto a ella, en el domicilio familiar, hasta que llegue el día.
2 comentarios:
Una situación muy compleja y difícil a la hora de elegir el tipo de atención que decides dar a la persona que lo presenta.
Yo viví una situación parecida en casa con mi padre y fue muy duro. Esta situación me llevó a salir de casa antes de tiempo...pasé del rechazo a la ternura al final de la enfermedad después de 15 años. Mi aprendizaje? la importancia del cuidado del cuidador y el acompañamiento a la familia
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