Siempre he admirado profundamente a los cuidadores de familiares con enfermedades crónicas y/o terminales. Y digo familiares, además de pacientes. Con ellos el vínculo es muy estrecho y, entre el amor y la cercanía, que no te dejan tomar distancia, la dificultad es mucho mayor.
Ahora que me encuentro de este lado, no puedo dejar de
reconocer que lo que me contaban en los domicilios, sus problemas para mantener
la cordura en medio del caos, se me queda corto para contarlo. No exageraban,
no, incluso creo que lo dulcificaban para nosotras, quizás porque propiciábamos
que el momento fuera tranquilo y la conversación calma.
Frases como: “me estoy jugando mi matrimonio”, “mis hijos
apenas me ven”, “he tenido que dejar mis clases porque no llego a todo”, “mi
vida se ha quedado aparcada en el trastero”, “me estoy aislando de todo y de
todos”, “sólo vivo por y para ellos”, “tengo miedo de saturarme demasiado y hacer
las cosas mal”, “no puedo más”, “lo estaré haciendo bien?”,…. son reales y son el
día a día del cuidador.
Cuando, a duras penas, consigues parar un momento, te sientes
tan desbordado que cuesta un mundo contar y escribir la cantidad de sensaciones
y sentimientos acumulados.
Y si, además, tienes
más de un frente abierto, hay una frase modificada de D´Artagnan que define muy
bien la situación: “Uno para todos y todos contra uno”.
Sin embargo, esta noche, cuando volvía a casa, he visto una
gran estrella en el cielo, en serio, era enorme y brillaba de una forma
espectacular, como guiñándome un ojo. Por si acaso era la avanzadilla de la estrella de los Reyes
Magos, le he pedido un deseo.
Alma
3 comentarios:
Tu deseo lleva camino de cumplirse, seguro!!. Un montón de besicos.
Matute
Deseo que se cumpla ese deseo y algunos más , lo antes posible. Besos
Mis deseos y los vuestros, seguro que por algún lado llegan. Yo creo que nos lo merecemos...
Besosenormes
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