Allá por Noviembre de 2008, cuando roté siendo residente en
el servicio de Cuidados Paliativos domiciliarios de Burgos, esta especialidad
tocó mi corazón. Pero entonces estaba orientado a la urgencia hospitalaria, a
la acción…
En realidad lo que me llenó profundamente fue, por un lado,
la médico y la enfermera, su presencia y su saber hacer y por otro, ése momento
de la vida del paciente y de sus familiares y cuidadores.
Casi todas las personas a las que digo que me gusta esto de
Paliativos contestan “pero es muy duro, no?”; y casi siempre contesto
“Comparado con qué…?
Si eres médico, salvo excepciones, estás en contacto con el
dolor, sufrimiento, enfermedad, trauma o pérdida de otra persona de una u otra
forma; si lo consideraras duro, no estarías en la profesión.
En el caso que nos ocupa, no sólo no me parece duro, es que
considero y siento que es muy, pero que muy bonito, atender el final de la vida
hasta el final; encuentro además equilibrio entre el aspecto médico al aliviar
síntomas sin ninguna intención curativa (los médicos curamos algo alguna vez…?)
y el acompañamiento emocional, psicológico y espiritual tanto de paciente como
de acompañantes.
Aprender de cada situación, de cada gesto, mirada,
reflexión…; indagar en las creencias, inquietudes y miedos…, de uno mismo
gracias a ellos; abordar la necesidad de información o la negación; ver
invariablemente sonrisas; acoger invariablemente lágrimas…
Sentir una y otra vez que somos todos uno, que la bella danza
del dar y recibir es eterna… ¡que te ofrezcan gratitud cuando eres tú el
beneficiado!
En fin, que no, que no es duro en absoluto. Otro asunto es
aprender a gestionar el tema de nuestra propia enfermedad y muerte, de nuestro
pánico, sin mirar para otro lado…, que ya sabemos que la negación no sirve de
nada y la aceptación te lleva a la paz.
Paz como la que disfruté en una paciente hace unos días,
cuando en sus últimas horas en este plano no dejaba de sonreír y transmitir
amor y serenidad en su cariñoso brillo de ojos.
Gracias de todo corazón.
Javier Moraleda
Médico del ESAD
De su blog: Montaña y Espiritualidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario