Hay una frase que últimamente me persigue. La encuentro
escrita en un montón de lugares diferentes y, como alguna que otra frase hecha,
creo que es verdad verdadera.
Y digo yo…
Si las tormentas vienen tras un periodo de calma, cuando
parece que todo lo tenemos bajo control.
Si las tormentas a veces avisan antes de llegar, con un olor
especial que te encrespa el cabello, y otras aparecen sin anunciar, con gran estruendo
y un viento cargado de lluvia que arrasa con casi todo lo vivido, convirtiendo
en ruinas los sueños y las verdades.
Si las tormentas te ponen la vida del revés y el trabajo es
volver a juntar las piezas mientras esperas al arco iris, dibujar nuevas huellas
en el barro, crear otras trazadas descalzos y con dudas acerca de lo que somos
y de lo que tenemos, buscando lo hermoso que aún nos queda,…
Entonces parece
ser que:
La vida no es esperar a que pase la tormenta,
sino aprender a bailar bajo la
lluvia.
Dedicado a las personas que como tú, mi querida Paula, sois
valientes porque habéis aprendido a bailar en medio de la tormenta y a otras que, como yo, hemos convivido con
ella y nos ha empapado la lluvia y el miedo.
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