Hemos comentado situaciones duras y difíciles que se presentan habitualmente en nuestro quehacer diario. Hace poco nos vimos inmersas en medio de una discusión entre hermanos, hijos de una paciente con una expectativa de vida corta y perfectamente orientada en tiempo y espacio. La discusión se inició por la forma en que debían tratar a su madre, si había que mentirle, si debía saber o no la verdad, si ella deseaba morir y había que ayudarla, si no lo deseaba pero lo aceptaba, si no debía saber nada y empezar a animarla para que comiera más e, incluso, obligarla a salir a la calle, si precisaba bragapañal o mejor levantarla para que no se olvide de andar, hacer analíticas, añadir vitaminas,...cada uno creía que su idea era la mejor y que su hermano estaba equivocado.
En el fondo se escuchaban, aunque no se oían, sentimientos de culpa, de estar lejos y no poder o querer asumir responsabilidades en momentos difíciles, problemas en el reparto de la herencia, que es cuantiosa, y que su madre ha decidido hacerlo según sus preferencias, o mejor dicho, las necesidades de cada uno; también se escuchaban envidias, celos,...Y, claro, su madre observa, escucha, sabe y...sufre, más si cabe.
Nos han pedido juicios que no hemos hecho, ratificaciones y apoyos que tampoco hemos concedido, no hemos entrado en el juego aunque era difícil,...simplemente hemos hablado sobre lo que creíamos que iba a beneficiar a su madre en la última etapa de su vida, que sabemos que ella sabe (aunque no lo verbalice delante de ellos), sobre la conveniencia de estar unidos al lado de ella, apoyando, salvando diferencias, cediendo a favor de su madre y haciendo las cosas lo mejor que cada uno supiera, pensando sólo en ella (tampoco existen protocolos para esto...).
Porque para ella esto es el final de una vida, de una vida plena, de una vida que ha vivido también pensando en ellos...y en sus últimos pasos, resulta que no puede disfrutarlos y decirles adiós de la forma que desearía.
(Es una opinión basada sólo en la observación, sin criterio científico alguno, pero creo que su enfermedad, que tenía un pronóstico de vida bastante más corto, se está prolongando en el tiempo como a la espera de poder verlos algo unidos y poder despedirse bien. Me parece que ella lo dice sin decirlo).
En el fondo se escuchaban, aunque no se oían, sentimientos de culpa, de estar lejos y no poder o querer asumir responsabilidades en momentos difíciles, problemas en el reparto de la herencia, que es cuantiosa, y que su madre ha decidido hacerlo según sus preferencias, o mejor dicho, las necesidades de cada uno; también se escuchaban envidias, celos,...Y, claro, su madre observa, escucha, sabe y...sufre, más si cabe.
Nos han pedido juicios que no hemos hecho, ratificaciones y apoyos que tampoco hemos concedido, no hemos entrado en el juego aunque era difícil,...simplemente hemos hablado sobre lo que creíamos que iba a beneficiar a su madre en la última etapa de su vida, que sabemos que ella sabe (aunque no lo verbalice delante de ellos), sobre la conveniencia de estar unidos al lado de ella, apoyando, salvando diferencias, cediendo a favor de su madre y haciendo las cosas lo mejor que cada uno supiera, pensando sólo en ella (tampoco existen protocolos para esto...).
Porque para ella esto es el final de una vida, de una vida plena, de una vida que ha vivido también pensando en ellos...y en sus últimos pasos, resulta que no puede disfrutarlos y decirles adiós de la forma que desearía.
(Es una opinión basada sólo en la observación, sin criterio científico alguno, pero creo que su enfermedad, que tenía un pronóstico de vida bastante más corto, se está prolongando en el tiempo como a la espera de poder verlos algo unidos y poder despedirse bien. Me parece que ella lo dice sin decirlo).
2 comentarios:
Opino como tu, algunas veces el enfermo se resiste a morir porque ve lo que deja en este mundo, una familia en conflicto. Y se resiste a marchar hasta que el problema no queda solucionado. Es el instinto de madre, que prevalece sobre el deseo de descansar y dejar de sufrir.
Y los familiares egoístamente, buscan lavar sus culpas y remordimientos, sin pensar en lo que es mejor para el enfermo y sin tenerle en cuenta a la hora de tomar las decisiones.
Quiero felicitarte (felicitaros) por las aportaciones que haces en tu blog. Me enriquecen.
Enhorabuena
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