Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

¿Nos acompañas?.



domingo, 31 de diciembre de 2017

2018...

Para este año y todos los que vendrán…


Os deseo que no os quedéis con las ganas, que soñéis a lo grande, que sintáis la libertad, esa que solamente existe cuando eres feliz, que cada día deis la mejor versión de vosotros, que nunca os guardéis un TE QUIERO,…





Y recordad siempre que: 

“Uno se muere un día… pero los demás días NO








sábado, 30 de diciembre de 2017

PieDRa Y LuZ...


“Los vidrieros somos los alquimistas de la tierra, capaces de sacar de ella, a través del fuego, aquellas notas que Dios necesita para componer una música de luz y color, una música capaz de alimentar nuestra alma. Ya la sentirás.


Un vidriero ha de saber leer primero en las piedras para después ser capaz de traducir el lenguaje de la luz,... un hermoso reto.”




Las ventanas del cielo, de Gonzalo Giner.


martes, 26 de diciembre de 2017

SaBeN, BaiLaN, SaBeN,...

Juana tiene 80 años y una inquebrantable fe en Dios, “desde que era niña y estudiaba el catecismo,… nunca me he planteado que hubiera otra forma de vivir”. Nos mira como esperando nuestra aprobación, y desde luego recibe de vuelta todo nuestro respeto.

Padece, además (motivo por el que estamos sentadas en el borde de su cama), un cáncer vesical que afecta a uretra y fistuliza a su vagina, creándole un “malestar indefinible ahí abajo. Si soy soltera y estoy entera… por qué a mí?”.

La soledad la ha acompañado toda su vida, y desde el diagnostico, hace 6 meses, la comparte con la de su hermano, sacerdote jubilado que no nos quita el ojo de encima durante toda la visita. Como en muchos casos, en un afán de protección, no le ha dicho a la paciente lo que ocurre de verdad, ni lo avanzado de su situación ya terminal. Nos lo ha avisado en el rellano de la escalera, antes de entrar. "No le digáis lo que tiene, se hundiría... no sabe nada."

No sé si desconfía de nosotras o, por el contrario, no se imaginaba una visita de estas características. Para bien o para mal, nosotras seguimos a lo nuestro.

Si ella pregunta, utilizaremos sus palabras para definir el proceso hasta donde ella llegue, despacio, con tiento y con tiempo. Si no lo hace, tantearemos los alrededores. Bailaremos a su compás, como siempre. Y, como siempre, supone un reto más. Nos obliga a utilizar diversos recursos, lenguaje verbal y no verbal.

Hoy sonaba ritmo de jazz, así que hemos improvisado sobre la marcha, intentando no movernos de la escala de sol.

Antes de irnos, al acercarnos para decirle adiós probablemente por última vez, nos ha dicho bajito, para que su hermano un poco sordo no la oyera: Esto se acaba, es el final. Lo noto aquí adentro, algo se va muriendo un poco cada día. Sin embargo estoy muy tranquila, siento paz y me dejo llevar… no es tan desagradable. Pero no se lo digáis a mi hermano, va a sufrir mucho… él no sabe nada.”

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domingo, 24 de diciembre de 2017

FeLiZ aHoRa Y SieMPRe...


El derecho a la tristeza


Estamos transitando por esa época del año donde la palabra "feliz" se repite en cada saludo: “Feliz Navidad!... Feliz Año Nuevo!... Felices fiestas!!...”

Pero este “deseo”, a veces se topa con alguna tristeza. Por lo que no fue, por lo que no pudo ser,… porque en todo cierre de ciclo revisamos lo vivido y, en ese ajuste, la tristeza suele ocupar un lugar. La tristeza aparece cuando estamos dejando ir la idea de algo que no pudo ser.

Le ocurre al inmigrante alejado de su familia y los amigos, al que finalizó una relación, al que despidió un ser querido… Y esos finales que aún ocupan un lugar dentro de nosotros, no suelen coincidir con determinadas fechas del calendario.

Habitualmente, para llegar al bienestar debemos transitar por su opuesto. Y, para eso, debemos ver con ojos claros ese deseo que a veces se siente “obligatorio” de ser-estar “felices”, cuando en realidad la tristeza aún está haciendo su trabajo.

Es importante ejercer nuestro derecho a la tristeza cuando ella nos visita. Además, nunca viene para quedarse, aunque se instala y nos espera si no la queremos atender. 

Recibirla conscientemente es darle tiempo para estar con nosotros, no disimularla ni esconderla, sino permitirnos sentirla y hacer el trabajo de dejar ir lo que ya no es. 

Más allá de lo que haya sucedido, cuando nos sentimos tristes quizás estamos “reseteando-nos” para dejar espacio libre a lo que está por llegar.

Si hay tristeza y le permitimos que haga su trabajo, la felicidad, esa que antes buscábamos como un simple maquillaje, probablemente estará ahora instalada en nuestra piel, entre las fibras de colágeno, dispuesta para sentirla profundamente en los días por venir. 

Sin embargo, nuestra cultura de fiestas no siempre está a nuestro favor,…


Extraído de un texto de Julio Bevione.


No sería mejor decir: Felices momentos, feliz vida, feliz camino, feliz día,… encuentra la actitud,… Ahora y Siempre!!!





domingo, 17 de diciembre de 2017

sábado, 9 de diciembre de 2017

BRuNo...


Es curioso... cuando nieva el silencio se escucha en todos los rincones. El manto blanco acalla incluso los rumores. Es de todos sabido, pero estos días paseando con Bruno, mi nuevo amigo, vuelvo a tener la certeza.

Bruno ha llegado a mi vida casi de improviso, más por intuición que por razón. La decisión la tomé sin pensarlo demasiado, no por falta de tiempo, sino por creer que me sobraban amor y paciencia... Y resulta que en estos días está poniendo a prueba el amor, pero sobretodo la paciencia.

La primera noche, de una sentada, me destrozó tres libros, dos cajas preciosas, una cortina, dos calcetines, un zapato y siete bolígrafos (para qué quiero tantos?),… que yo sepa. Posteriormente casi se lo come un mastín del pirineo, ya que su actividad sexual, mezcla de ansiedad parece ser, es desorbitada y no le hace ascos a ningún sexo. Además se siente  más alfa que beta o gamma. En fin, que como a algunas personas, la testosterona se le ha subido a la cabeza.

A Bruno le falta una de las patas delanteras, tras una mala caída cuando era un cachorro,… pero él no lo sabe! Camina a saltitos, se desparrama cuando tropieza, se levanta sin pensarlo y corre como un loco mientras las orejas siguen el frenético ritmo de sus tres patas.


Porque Bruno está asilvestrado. Por lo poco que sé, ha vivido en una caseta durante horas o días, salía de vez en cuando al monte sin control y volvía cuando quería. Además su dueño falleció hace unos meses a consecuencia de un cáncer de páncreas en uno de nuestros sectores, así que supongo que aún está viviendo el duelo.

Y mientras yo, que estoy acostumbrada a la libertad de movimientos, a la soltura del pensamiento, a ir y venir según suene la música,… me veo llamando a todas las personas que conozco y tienen perro para consultar, llevándolo al veterinario que también me da pistas y leyéndome a toda prisa un libro que se titula “Entiende a tu perro”.


Y aquí estamos, intentándolo los dos…