Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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martes, 22 de enero de 2019

La TieNda...


Cuánto cuesta a veces cerrar etapas. Cerrar las puertas de estancias que han conformado una vida. Los rincones vuelven a llenarse de gente, las caras conocidas asoman tras los objetos que han dado forma a tus horas y las voces llenan de armonía el espacio… ya vacío. Cuántos párrafos de existencia, cuántos renglones torcidos, cuántas mayúsculas, cuántos puntos suspensivos, cuántos silencios plenos de verdades no dichas,… Ahora, ya sin lo accesorio, lo veo.

Para mí, al principio, fue refugio, merienda y olor a lápiz, libreta y cartera. Después punto de encuentro y en los últimos años lugar de trabajo compartido.

Siento, huelo, intento impregnarme de la atmósfera, de las distancias, de los huecos, de los muebles, de las emociones contenidas entre estas paredes que formaron parte importante de mi vida. 

Observo al silencio deslizándose desde la mesa hasta el suelo, reptando por la pared un susurro que escucho pero no entiendo. En los cajones, sinceridad y en los cientos de miles de carpetas con papeles, toda una vida dedicada a un objetivo. Cumplido. La luz me hace guiños, y descubro a medias lo que fue porque pudo ser. A menudo las cosas no se quieren… se pueden. Y mi familia pudo.

Parece ser que al cerrar uno abre. Y si, se abre otro paisaje, otra forma de existir, otras maneras y también se estrena pelaje porque, en momentos determinados de la vida, sabes quién está y quien no va a estar porque no estuvo, aunque creyeras otra cosa.

Cambio. Quiero y quiero poder.




1 comentario:

Matute dijo...

Y puedes... Toda una vida redactada en cuatro líneas... Precioso!!! Muchos besicos!!!