Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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domingo, 28 de diciembre de 2014

Alondra...

He leído la preciosa entrada que nos dedicaste. Mil gracias, querida Alondra. Pero aún me ha impresionado más lo que comentas en la misma, tanto que no puedo evitar dejar tu testimonio aquí.

 13 de junio de 2014
Pasan los días y es difícil encontrar ilusión, el dolor te pisotea una y otra vez… Me siento atrapada dentro de una vida desdibujada e intento aguantar lo suficiente para pasar al capítulo siguiente… Mi cerebro se refugia en la “nada” para protegerse del dolor, es la peor sensación que puedan imaginar, no sabes qué hacer con tu vida, todo te resulta aburrido e insignificante. La vida en algunos momentos es bastante extraña, añoras tantas cosas… y vas perdiendo lo que te hacía especial: la esencia.

Me resulta difícil describir cómo me siento hoy, quizás la palabra sería “a la búsqueda”. La tormenta se va alejando, en este momento mi cuerpo y mi mente buscan el remanso del agua de un lago cristalino.

¡No soporto la vida vacía, necesito sumar y no restar!

 

2 comentarios:

Alondra dijo...

Hace tiempo, cuando empezó el problema, fíjate que era incapaz de decir leucemia; un amigo me dijo: pon las manos sobre el teclado y deja salir tus sentimientos. En el blog que compartía con una amiga argentina hablé mucho de lo que significó para mi tener leucemia: era una cuestión de fe en el profesional que me lo decía. No me dolía nada, un ligero cansancio para el que siempre hay una disculpa: demasiado trabajo, muchos contratiempos… Ese es el primer pensamiento; negar lo evidente, renegar de la medicación porque con ella has empezado a tener dolores y ahí te das cuenta de la fragilidad de tu cuerpo. Pasas por tantas etapas... Luego sobrevivir se impone, asumes el problema y le plantas cara, aunque tengas que perder en el camino muchas de tus convicciones. Sin darte cuenta empiezas a ver el mundo con ternura, sonríes mas, ¡qué cosas! Si no te duele nada, toca beberse la vida. Si el día es de niebla y aunque pongas los faros antiniebla, te pierdes, pues queda refugiarse en el caparazón e intentar buscar alguna luz para orientarte o simplemente aparcas en el arcén y esperas que aclare…
No cambia nada y cambia todo, pero la cotidianidad se impone y sigues adelante; poquito a poco vas cerrando el círculo, coses los rotos de viejas heridas sin cicatrizar, y así empiezas a sentir el corazón más ligero. Cada uno tiene su fórmula mágica para convivir con el enemigo yo, desde el primer día, decidí desdoblarme y la enferma se queda en algún laberinto de ese enorme hospital.
¡Gracias por esa hermosa imagen será un pequeño tesoro entre las dos!

Violeta (Pilar Lázaro) dijo...

Describes tan bien el proceso de enfermedad que es como vivirla, vivirte a través de las palabras.
Un beso grande y guardemos nuestro pequeño secreto!