
“Y ahora la parte difícil, la que hasta ahora había evitado: Carmela. Tú la conociste como mi compañera, pero nuestra relación como pareja acabó poco después de aquel viaje a Pirineos en que te conocimos. Nos separamos y en el desbarajuste de aquellos momentos perdimos tu dirección, razón por la que ni ella ni yo volvimos a comunicarnos contigo. Tras un tiempo de luto, recuperamos nuestra amistad que de manera inesperada me cambiaría la vida. Carmela, conocedora de mis aficiones deportivas y gusto por el dibujo me ofreció una sección de senderismo en el periódico del que era gerente en aquellos años.
Me salto los detalles profesionales y vuelvo a Carmela. Ella rehizo su vida con una nueva pareja, dejó la gerencia del periódico y se dedicó a vivir intensamente su vida... hasta que enfermó. Murió hace cinco años ya. Cáncer. ¿Qué quieres que te diga? En este momento solo decirte que para mí fue y sigue siendo una de las personas más importantes de mi vida y bueno... la sigo echando de menos.”
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