Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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martes, 23 de enero de 2018

aNiVeRSaRioS...


Empieza el año y con él los aniversarios. Un estar triste sin motivo aparente… a no ser el recuerdo exacto de cómo fueron las cosas, de cómo se sucedieron los hechos. Con el tiempo es verdad que el dolor se matiza, se difumina, pero se hacen mucho más nítidos los recuerdos y las sensaciones, aquellas que en un primer instante la mente amortigua para que el dolor no te mate a ti también… en los momentos y días posteriores.

Al cabo del tiempo, digo, sé que pudo ser diferente, probablemente mejor. Me quedan en el tintero escenarios que siguen doliendo mucho y sé que se podían haber hecho mejor las cosas. Esto es habitual en situaciones cruciales de la vida. Lo sé, no alivia ni soluciona nada, la vida no tiene ensayo previo. Acudimos cada día al estreno e intentamos dar la mejor versión de nosotros mismos. Sin embargo, a pesar  de lo vivido aún nos sorprenden y descolocan los golpes bajos, las notas escondidas en la clave de sol.

Dignidad, sé que te faltó dignidad. Lúcido, la fuiste perdiendo durante el año que viviste con una hija menos y una compañera de viaje cada vez más lejos, siguiendo otro itinerario, envuelta en las cada vez más espesas brumas del olvido. Fueron meses difíciles, de gran soledad. Apenas hablabas. Pero la dignidad de tu vida en el final de la enfermedad, algo que forma parte ineludible de mi quehacer diario,… creo que no supe dártela. Aunque bien pensado quizás no sea del todo cierto, la verdad es que no lo sé.

Nunca olvidaré tu sonrisa socarrona, que me acompañará siempre, ni tu forma de quererme. Nadie me ha tocado la cara como tú. Yo también te admiré, por tantos momentos juntos, por todo lo que aprendí contigo, por todos los por qués que me ayudaste a resolver y porque, también gracias a ti, soy como soy… querido papá.


Alma




2 comentarios:

Matute dijo...

Puedes estar segura y plenamente convencida que hacerlo mejor era prácticamente imposible, y seguro que Don Ángel, esté donde esté, sigue mirándote con su sonrisa socarrona y convencido de que no perdió ni un ápice de su dignidad gracias a tus cuidados. Punets!!

Violeta (Pilar Lázaro) dijo...

Probablemente querido Matute, probablemente.