El humor da una especie de coloración afectiva al mundo de las emociones.
Suele prescindir de las inhibiciones, por lo que la expresión emocional se traduce en una mímica especial. Puede ser concebido como la actitud afectiva integral del individuo, definido por dos factores esenciales: la sensibilidad o susceptibilidad afectiva y el impulso.
El estrés y el mal humor subsiguiente se originan frecuentemente ante la percepción de una amenaza y el miedo que ésta supone. Así por ejemplo, ante una enfermedad que comporta formas de exploración o actuación nuevas, o una perspectiva diferente, surgen preguntas relacionadas con el miedo y la angustia. Una información adecuada, acorde con la situación que está viviendo el paciente, puede ayudar a controlar el mal humor que se genera, sin olvidar, la influencia de la calidad del trato y las interacciones con el personal sanitario.
El sentido del humor es, sin duda, un mecanismo psicológico de defensa para poder superar las múltiples contradicciones, fracasos y frustraciones que tenemos que soportar necesariamente en nuestra sociedad actual. Por eso desde la antigüedad, la risa es una especie de “bálsamo curativo” que ablanda y templa las circunstancias más difíciles de nuestra vida. Es un antídoto para neutralizar el estrés, convirtiendo tensiones negativas en experiencias positivas. Se trata de un complejo mecanismo de supervivencia que ayuda a superar los “cambios de vida”, permite enfrentarnos adecuadamente a los problemas y buscar con acierto las soluciones más idóneas.
Numerosos autores estiman que el sentido del humor es realmente indispensable para el bienestar humano. Y yendo más allá, algunos investigadores aseguran que puede reducir el riesgo de padecer cáncer, así como otras enfermedades como coronariopatías, alteraciones del sistema inmunitario, úlcera péptica, enfermedad de Crohn, etc.
Igualmente puede desempeñar un papel eficaz en el tratamiento de los problemas emocionales. El arte de la risa está relacionado con la capacidad para aceptar y apreciar las incongruencias y dificultades de la vida. El reírse de uno mismo acorta la distancia que nos separa de algunos problemas, y verlos desde otra perspectiva nos permite analizarlos con más profundidad y encontrar la mejor solución.
Suele prescindir de las inhibiciones, por lo que la expresión emocional se traduce en una mímica especial. Puede ser concebido como la actitud afectiva integral del individuo, definido por dos factores esenciales: la sensibilidad o susceptibilidad afectiva y el impulso.
El estrés y el mal humor subsiguiente se originan frecuentemente ante la percepción de una amenaza y el miedo que ésta supone. Así por ejemplo, ante una enfermedad que comporta formas de exploración o actuación nuevas, o una perspectiva diferente, surgen preguntas relacionadas con el miedo y la angustia. Una información adecuada, acorde con la situación que está viviendo el paciente, puede ayudar a controlar el mal humor que se genera, sin olvidar, la influencia de la calidad del trato y las interacciones con el personal sanitario.
El sentido del humor es, sin duda, un mecanismo psicológico de defensa para poder superar las múltiples contradicciones, fracasos y frustraciones que tenemos que soportar necesariamente en nuestra sociedad actual. Por eso desde la antigüedad, la risa es una especie de “bálsamo curativo” que ablanda y templa las circunstancias más difíciles de nuestra vida. Es un antídoto para neutralizar el estrés, convirtiendo tensiones negativas en experiencias positivas. Se trata de un complejo mecanismo de supervivencia que ayuda a superar los “cambios de vida”, permite enfrentarnos adecuadamente a los problemas y buscar con acierto las soluciones más idóneas.
Numerosos autores estiman que el sentido del humor es realmente indispensable para el bienestar humano. Y yendo más allá, algunos investigadores aseguran que puede reducir el riesgo de padecer cáncer, así como otras enfermedades como coronariopatías, alteraciones del sistema inmunitario, úlcera péptica, enfermedad de Crohn, etc.
Igualmente puede desempeñar un papel eficaz en el tratamiento de los problemas emocionales. El arte de la risa está relacionado con la capacidad para aceptar y apreciar las incongruencias y dificultades de la vida. El reírse de uno mismo acorta la distancia que nos separa de algunos problemas, y verlos desde otra perspectiva nos permite analizarlos con más profundidad y encontrar la mejor solución.
J.A. Flórez Lozano
“El humor es la distancia más corta
entre dos personas.”
V. Borge
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