Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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domingo, 9 de octubre de 2016

ViaJaNDo CoN LaS CeNiZaS...

Julio nos espera en la calle. No quiere que subamos a su casa, donde vive con su madre desde que el padre falleciera hace unos cuantos días. No quiso que ella y su nostalgia sufrieran cada día el olvido y la ausencia. Y no quiere que ella recuerde cualquier cosa que le lleve al pasado, aunque sea un poco.

Su padre fue minero, vivía en una cabaña cerca de la mina, y en ella, hace muchos años, recién casado, ocurrieron cosas terribles. Un compañero rondaba a su esposa, quizás demasiado, sobre todo cuando bebía de más. Una mañana lo descubrió merodeando su casa, cogió una escopeta de caza y lo mató. Estuvo en la cárcel y cuando salió, su esposa, él y Julio, de pocos años, se fueron lejos. A la mina otra vez.

Fue un secreto guardado durante toda una vida, del que Julio se enteró pocos días antes de fallecer su padre. Nunca sospechó nada, aunque a veces sentía la tristeza de él en la mirada.

Nosotras estuvimos en su casa durante esos días. Fue duro, su madre lo negaba. Fuimos testigos mudos de un drama silenciado durante años, nadie en el pueblo sospechó nunca nada. Eran una familia de lo más normal, nos dice Julio.

Al fallecer su padre, según sus últimas voluntades, lo incineraron. Su madre, que ya presentaba síntomas de la enfermedad del olvido, aceleró sus pasos hacia esa nada que nadie entiende muy bien.

La urna seguía en casa. Hasta que un día a Julio se le ocurrió llevarla al lugar donde todo empezó, donde un buen día su padre conoció a su mujer, donde nació su único hijo. Al lugar en el que una etapa terminó y empezó algo nuevo, con un peso a las espaldas.

Cargó las cenizas de su padre, las metió en una mochila, se montó en su moto y se fue a Asturias. Nos cuenta que fue un trayecto precioso junto a él. Sintió emociones que nunca antes había sentido. “En nuestro último viaje juntos hablamos más que nunca, sé que todo estaba bien y que estaba haciendo lo que él habría deseado que hiciera. Lo sé."
 
 
 
 
Las visitas de duelo tienen estas cosas…
 

1 comentario:

Matute dijo...

Muy emotivo!! Me he visto envuelto en el viaje y en el interior de la cabaña o bajo el porche soltando las cenizas.
No dejes de contarnos estas bonitas historias que consiguen trasladarnos a los rincones más perdidos y olvidados, aunque muchas veces estén más cerca de lo que pensamos, solo debemos mirar a nuestro alrededor y observar. Muchos besicos!!