Marcial tiene 57 años y un intruso que convive con él desde
hace 3. Se ha hecho fuerte en su cerebro y decide por él. “Nunca imaginé perder el control de mis actos, de mis pensamientos… de
mi vida.” Desde la cama articulada nos mira desconcertado, desde un caos ya
viejo. Ya pasó el tiempo en que los por qués ocupaban todo el cielo, en el que Marcial
quería seguir viviendo como fuera, con todos los “sin” que vinieran… pero vivir
al fin y al cabo.
“Me han enseñado
pruebas en las que había mil colores, intentando que entendiera lo que pasaba
en mi cabeza, me han operado, me han dado tratamiento, me han dicho que estaba
limpio, me lo he creído… y al poco tiempo vuelta a empezar. Estoy cansado, he
luchado por salir adelante, conformándome con vivir cada vez con menos. Con menos
autonomía, con menos pensamientos coherentes, con menos deseos, con menos paz. Pero
ya está, se ha apoderado de mi mente y de mi cuerpo. Sólo me queda esperar. No me
lo hagáis más largo.”
Marcial ha sido bombero. Es valiente, ha salvado vidas… pero
ya no puede con la suya.
Y en mi propio desconcierto… yo a veces me pregunto si puedo más, si
aún puedo añadir más sufrimiento a mi mochila, si caben más muertes.
2 comentarios:
Bello y duro trabajo el tuyo querida y admirada tocaya. Cuidate mucho y abrazoteeee de almas.
Gracias y otro abrazotegrande.
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