Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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martes, 20 de abril de 2010

un par de fresas frías


Hoy os quiero presentar a Ángel. Hace dos años le diagnosticaron un cáncer de esófago que fue intervenido. A él le dijeron que era una úlcera…pensaron que sería lo mejor para él en ese momento.

Durante las idas y venidas a oncología las palabras se medían constantemente para que él “no supiera nada”.

Aunque despacio, la enfermedad iba progresando. Estos últimos meses el sentía que algo no iba bien y no eran solo los años...Sin embargo, todos le decían que eran secuelas de la operación. Como él es una persona que le ha dado muchas vueltas a las cosas no podía quitarse de la cabeza “su problema”. “ ¿Por qué todos dicen que va bien cuando yo siento que no es así? ¿Me estarán ocultando algo?”. Esto afectaba mucho a la relación con su mujer, la incertidumbre le producía miedo, un miedo que no podía compartir con nadie. Sentía la soledad como se siente el frío.

Tras varias conversaciones con él y con la esposa, fue ella quien creyó que había llegado el momento de decirle cómo iban realmente las cosas.

A partir de ese momento la relación con su mujer volvió a ser la antes. Aunque no lo verbalizara se notaba que había decidido darle vida al tiempo que le quedara. Disfrutar de su mujer, amigos, hijos y nietos era su tarea más importante cada mañana.

Hace uno días comenzó con más síntomas, el dolor que hasta ahora no había aparecido se presentó por sorpresa, de un día para otro, sin avisar apenas. Tragar empezaba a ser ya muy complicado, y lo poco que tomaba lo vomitaba. Su piel nos habla de un fallo hepático importante, sus ojos de tristeza.

Esta en la cama y al vernos se emociona, se echa las manos a la frente y comienza a llorar.

-“Esta mañana pensaba que me moría, he avisado a mis hijos para que estuvieran conmigo. Me da igual cuando tenga que ocurrir pero, por favor, no quiero tener dolor”.

Sentadas en la cama, hablamos con él y le decimos que vamos a tratar esos síntomas para que esté tranquilo.

Ante la perdida de vía oral que se prevé muy próxima y para un mayor control sintomático decidimos colocar un infusor subcutáneo con la medicación. Dejamos además medicación de rescate para el dolor y la agitación.

Se despide regalándonos una sonrisa y dándonos las gracias.

Al día siguiente hablamos por teléfono con la mujer y nos dice que ha pasado bien la noche, tranquilo. Esta mañana se ha levantado haciendo bromas y se ha vestido y en ese momento estaba riéndose con su nieto en el cuarto de estar. No tiene dolor y ha comido algo de sopa. Ha pedido que le compraran dos fresas y que estuvieran bien frías.

Darle “días” a la vida se escapa de nuestras manos con nuestros pacientes pero se trata de hacer más fácil el llenar de vida esos últimos “días”.

El control sintomático, físico y emocional, el apoyo familiar y un par de fresas frías lo hacen todo.

Parece un cuento bonito pero es real.

Es lo escalofriantemente real y bonito de nuestro trabajo.



3 comentarios:

Violeta (Pilar Lázaro) dijo...

Escalofriante, duro, real, bonito,... dolor, ansiedad, miedo, paz, control, descontrol, sonrisas, risas, lágrimas, corazón, piel, sentido común, pequeños detalles, grandes momentos,...vida...muerte.
Precioso compañera. UN besazo

Alondra dijo...

Una palabra de Violeta: "sentido común" fue la que ayer pensé que no tenían los sobrinos de la compañera de habitación de mi madre. Había entrado en coma, los profesionales de la salud estaban tomando todas las medidas necesarias y los sobrinos habían revolucionado para desplazarla a otro hospital, discutieron con todo el mundo y una hora después se fueron a comer y precisamente en esa hora la mujer falleció, ni mi madre ni yo nos enteramos, simplemente dejó de respirar, tenía 92 años y había pasado por 15 intervenciones, me pareció un ensañamiento terapéutico por parte de la familia, que por cierto llegó tres horas después de su fallecimiento amenazando que solicitarían una autopsia y demandarían al hospital. La mujer tenía una paga de 1.8OO € más claro agua....
Un abrazo y por favor no perdais esa humanidad y profesionalidad que teneis.

Maica dijo...

Así es, yo lo experimente al lado de mi padre, un enfermo en fase terminal, le ocultamos lo que ocurría pero no le dejamos solo, un solo instante sus palabras "la procesión va por dentro ,,,"
gracias por compartir