Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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miércoles, 5 de septiembre de 2018

Sé Que No QuieRo SaBeR...



Matías acompañó a su mujer hasta la puerta de la residencia cuando fue consciente de que ya no podía hacerse cargo de ella en casa, con las pocas ayudas con las que podía contar. Dejó la maleta en el vestíbulo mientras una auxiliar se acercaba a ella con intención de llevarla dentro. Ella se giró y  buscó a Matías con la mirada. Él, que con los ojos anegados en lágrimas a duras penas intentaba rehuirla, la miró por última vez. Aún no creía lo que estaban viviendo.

Por la tarde le era imposible olvidar lo vivido hacía unas horas,… la casa era grande y la cama no digamos… y el silencio. Por quién se iba a levantar los demás días? Cogió su maleta y fue a la residencia donde su mujer ya lo esperaba hacía rato. Cuánto has tardado, qué hacías? Le preguntó ella. Nada hermosa, ya estoy aquí, contigo.

Pasaban los días y él cogía su bicicleta a menudo para irse hasta su pueblo y ver su casa, la casa de sus vidas. Ella poco a poco iba progresando, su olvido ya ocupaba la mayoría de los espacios que sus neuronas dejaban vacíos. Sólo sonreía sentada junto a él, cogidos de la mano.

Ella falleció hace dos años y él decidió quedarse. Hace unos meses le detectaron una enfermedad oncológica que progresa rápido.

En las primeras visitas negaba tener preocupaciones. Estoy flojo, claro tengo muchos años.” Hace unos días durante una de las visitas, nos quedamos solos, la enfermera, él y yo. Todo el tiempo había estado mirando hacía no sé qué, parecía triste. Le dimos tiempo, y al cabo de un silencio cargado de emoción nos dijo: “Yo creo que tengo algo malo, cáncer o algo así… pero no me lo quieren decir o no saben lo que es.” Ante nuestra disposición a intentar ayudarlo acerca de si había algo que quisiera saber sobre su enfermedad o sobre cualquier duda o preocupación, nos dijo tranquilamente: “No quiero preguntar porque no quiero saber,... porque si no la cabeza empezará a pensar y caeré”.

Se puede decir más alto pero no más claro.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es vital siempre respetar hasta donde quiere saber una persona.

Mercedes dijo...

Qué maravilla poder escuchar y tener la capacidad y la sensibilidad de respetar la decisión del otro.