Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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viernes, 31 de enero de 2020

Me PieRDo...



Y dicen que me perdí… me perdí en tus ojos, me perdí en tu pelo, me perdí en tu sonrisa. Y perdida sigo. Es tan grande y tan hermoso lo que me ofrece cada día que a veces dudo que pueda caber en el hueco de mis manos. No quiero perderme nada.

Los ambientes, el olor, lo que se dice y lo que se calla… todo cuenta, todo habla de vida. De vida hasta la muerte.

Me perdí y me sigo perdiendo en ti que con miedo me miras desde la cama, en la madre que llora temblorosa junto a mí, en la hija que escucha con atención el mínimo detalle, en la esposa que acompaña y se sumerge en el dolor, en el marido que con mano temblorosa se seca una lágrima al pensar que un día le faltarás y qué será su vida sin la pieza que da sentido a su ser. Me pierdo en la pareja que se va porque la verdad duele. Me pierdo en la soledad del que ya a nadie ni nada espera.

No me pierdo en quiere o debe saberlo, sino en: quiere escucharlo? Porque saberlo lo sabe de sobras, en la inmensa mayoría de los casos. El pacto de silencio son arenas movedizas que nos obligan a andar a trompicones, sin saber que aquí al lado está la senda segura por la que camina el paciente alejado de todo y de todos. Solo.

Me pierdo en el silencio, en el que cada vez estoy más a gusto.

Y me pierdo en todos y cada uno de ellos, que juntos son los fragmentos que conforman gran parte de mi vida. Benditos fragmentos que me han enseñado lo que de verdad tiene sentido, no tanto sobre cómo morir sino sobre cómo vivir.



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