Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

¿Nos acompañas?.



domingo, 31 de marzo de 2013

aLGo Mío... II


En situaciones tan difíciles te das cuenta de que las cosas no siempre son lo que parecen.

Las certezas se resquebrajan al tocarlas con el dedo trémulo y las verdades, pregonadas durante tanto tiempo a los cuatro vientos, son solo eso, verdades que se doblegan ante el más profundo conocimiento que poseemos, el arcaico, el milenario, el que nació con nosotros cuando la luz se hizo en el mundo: la intuición, la cordura, la víscera.
 
Y quién sabe cuál es la verdad,…. la verdad?.... la verdad!
 
Hemos cuidado tanto la comunicación de la verdad en nuestro trabajo que cuando me abracé llorando a mi hermana mientras le decía, no es nada, todo está bien, no te preocupes, pensé: pero qué estoy diciendo? Sencillamente, lo que el cuerpo y el alma me pedían y también, por lo que pude ver, lo que ella necesitaba. No es nada, todo está bien. Era verdad.
Pensaba, tiene que entrar al quirófano entera, fuerte… y no quiero mentirle; además ella me pedía que no le mintiera, aunque en ningún momento escuché: húndeme con el bofetón de toda la verdad. Así que le dije, de manera intuitiva, la verdad que creí que ella (y yo…) podría soportar en esos momentos sin que hiciera demasiada mella en su estado de ánimo, ya bastante fláccido desde hacía rato. Trocitos de verdad masticables, digeribles. Siempre dejando la puerta entornada a la esperanza; aún hoy la tenemos así, entornada.
Quiere saber y, aunque la mayor parte de las veces cierra todas las rendijas, me pregunta con muchísimo miedo, el terror se le adivina a través de pequeñísimas muecas; no soy capaz de herirla más. Pero le voy dejando pistas que ella recoge y junta y, sobretodo, insisto en mantener su estado de ánimo lo más alto posible, ya que así afrontaremos mejor lo que venga y viviremos, intentando disfrutar, el día a día. Mi objetivo.
Así como cuidamos el dolor, intentando evitar el sufrimiento administrando analgésicos potentes y sedando en caso de no conseguirlo de otra forma, así también debemos intentar mitigar el dolor psicológico, el emocional, intentando que la verdad duela menos.
Sin mentir,… todo un reto.


En el trabajo de cada día, siempre hemos respetado los pactos de silencio, aunque hemos intentado disuadir a la familia de la conveniencia de disolverlos y que la verdad fuera la única mediadora. Ahora los entiendo un poco mejor.

 Alma

1 comentario:

Antonio R. dijo...

Así está bién Violeta, poco a poco, valorando el impacto de cada gramo de verdad, con intuición y cariño a la vez, con ..amor. Eres extraordinaria. Sigue lo que diga tu corazón , sin olvidar lo que sabes.
Besos