Alberto de 50 años era militar, actualmente con una incapacidad que ya le costó una depresión en su momento. Elisa, su esposa de 49, está diagnosticada de un cáncer de pulmón diseminado, apenas puede moverse de la cama y depende de él para casi todo; no, más exactamente, para todo.
"Estuve en Bosnia, he estado en el Líbano, he visto cosas horribles y he vivido situaciones muy duras...Pero esto lo supera a todo...", dice mientras se va a la galería a fumar un cigarrillo.
Por el pasillo se le oye sonarse la nariz y secarse las lágrimas.
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