Los Cuidados Paliativos... son una respuesta adecuada a lo que debe ser una muerte natural, respetando unas necesidades que son prioritarias, entre ellas el que sigue precisando atenciones médicas.
Ahora se trata de cuidar, no tanto como de curar al enfermo, aceptando sus temores y ayudándole a vencerlos: miedo a la muerte, al dolor, a la soledad... Una situación que puede prolongarse, con mayor o menor conciencia, días, semanas, y hasta meses.
Un enfermo terminal puede acusar desde disnea y dolor a náuseas, incontinencias y ulceraciones. El control sintomático del paciente es el gran objetivo... pero para lograrlo no es necesario llegar a la sedación del paciente (eso es un error), los fármacos y las medidas no farmacológicas pautadas y administradas a dosis correctas y de forma correcta, garantizan un buen control sintomático y así la pretendida calidad de vida del paciente. El grado de coma, inducido o no y variable en función de la persona y de su mal, acabará por aliviar muchos sufrimientos, haciendo de la muerte biológica algo fisiológico y , por lo mismo natural.
Es la propia naturaleza la que debe marcar sus pautas, sobradamente experimentadas desde la aparición del hombre, y no una decisión administrativa por muy democrática que se considere. (...) Ni la vida ni la muerte son de nuestra exclusiva propiedad y mucho menos las de los demás.
El cuidado de los pacientes terminales va camino de consolidarse como una auténtica especialidad médica y de enfermería. Son muchas las armas de que se dispone para obviar el dolor y la angustia, para paliar la agonía. Ayudar a morir con el menor sufrimiento posible es tan importante como las terapias y cuidados a lo largo de la vida de la persona.
Nicolás Retana Iza.
15 de Enero 2009.
Revista Epoca.
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