Además de las trabas burocráticas que muchas veces han de vencer los profesionales, enfermos y familiares para conseguir ciertos fármacos como los estupefacientes, existen otros factores que muchas veces impiden el alivio y control del DOLOR.
Empezaré por las causas de fracaso en el control del dolor por parte del enfermo y la familia.
El enfermo a veces cree que el dolor es "bueno": Algunos pacientes pueden debido a su educación, creencias... interpretar que el tener dolor es una forma de hacer méritos para ir al cielo o salvar el alma. Aunque pueda sonarnos extraño... sucede.
El paciente cree que el dolor del cáncer es inevitable e intratable.
El paciente engaña al médico haciéndose el valiente: Por ejemplo para proteger y no preocupar a su médico.
A veces lo vemos... durante el cambio de turno de la mañana se comenta que determinado paciente ha tenido dolor durante toda la noche, requiriendo varios rescates de analgesia. Cuando lo visita el médico por la mañana, dice que ha dormido muy bien. Si se le comenta lo que dijo la enfermera, el paciente puede responder perfectamente, que no quería preocuparnos más.
El paciente no acepta o no cree en las pastillas.
Creen que sólo deberán tomar analgésicos si es "absolutamente necesario". Por creer que si se "abusa" de ellos, más adelante no serán efectivos.
Pacientes y familiares temen la adición. Por eso los analgésicos DEBEN prescribirse a horas fijas.
No proporcionar apoyo emocional al paciente y familia... los aspectos emocionales del dolor son importantes en el tratamiento del mismo.
El médico no ha dado instrucciones adecuadas sobre el uso óptimo de los analgésicos. Dar instrucciones claras, verbalmente y POR ESCRITO... y lo más importante asegurarnos que han sido comprendidas por el enfermo y la familia.
El paciente abandona la medicación por los efectos secundarios y no se lo comunica al médico. Muchas veces por no haber explicado la manera de prevenirlos y que puede ser normal que aparezcan sin eso significar el suspeder el tratamiento.
El paciente cree que no harán efecto cuando se encuentre "realmente mal".
El paciente no obtiene la colaboración del médico de familia. La monitorización, evaluación y seguimiento constante del dolor es clave para el éxito en su control. Por ello se requiere la colaboración del médico de familia y por supuesto de los equipos de soporte.
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