Hola J., cómo te encuentras hoy?
Es duro acercarme a ti, sabiendo que tú sabes y que sabes que yo sé.
No intento evitarte, ni siquiera retraso el momento de enfrentarme a ti, sólo me es difícil saber si seré capaz de dar la talla.
Cada vez que me siento en el borde de tu cama me invade una sensación de afecto y solidaridad extraña, como un “hasta que la muerte nos separe”, siento que tu vida es única e intensa porque tiene ya fecha de caducidad y que soy una privilegiada por compartirla abierta en canal. Cuando te toco, mi mano roza tu piel primero, luego se apoya y después se abre para sentir y decirte,…estoy contigo y no te voy a dejar solo.
No rehuyo tu mirada, pero a veces me cuesta mantenerla, más por lo que me dicen tus ojos que por lo que quieren decirte los míos…
Me encanta que sonrías, que le ganes la batalla a esa vieja conocida tuya por lo cercana y por lo que has pensado en ella,.. claro que no sabes cómo va a ser, yo tampoco, pero me parece que ya no te asusta tanto, que le has ido cogiendo la medida, dices: “..También hay que saber morir, ¿no?”…
Me hago el firme propósito de no mentirte, intentaré que te duelan menos las penas del cuerpo y las del alma. Tenemos todo el tiempo que tú quieras.
Tooodo el mundo te pregunta: Cómo te puede gustar tu trabajo?..., Quizás por un tiempo,… pero luego deberías cambiar a otra cosa, por tu salud mental… Debe ser muy triste trabajar todos los días con la muerte…Dices que es gratificante? Pero si todos tus pacientes se mueren...(es cierto, es necesario descansar y desconectar, pero para no quemarte y volver a retomarlo con ganas).
Ayudar a bien morir, a morir con dignidad, compartir con ellos y con sus familias el momento de morir y los previos, dar calidad de vida durante todo el tiempo posible,… eso… produce una gran satisfacción y la sensación de ser útil, además de enseñarme a vivir de otra manera, porque sé que la muerte ronda detrás de cualquier esquina.
Esto va dedicado a todos los que convivimos con la enfermedad y consideramos a la muerte amiga íntima de la vida.
3 comentarios:
Siempre he pensado que "la naturaleza es sabia" más allá de lo que muchas veces tendemos a considerar.
Creo que nuestro inconformismo, la búsqueda de la felicidad persiguiendo atesorar lo material, ese vacío que deja alcanzar una meta para directamente saltar a otra en un círculo sin fin... es el fruto insensato de olvidar que en el fondo, somos, como el resto de los animales, seres que nacen, se desarrollan, y finalmente mueren, y en esa búsqueda de la juventud eterna o de la belleza que dictan los cánones, no solo dejamos de lado las cosas importantes, sino que ocultamos lo que consideramos caduco, antiestético o vergonzante... y así nos luce el pelo, ya que la muerte, en el subconsciente colectivo, es eso, algo siniestro, que huele a viejo, feo y maloliente.
Así que aunque no recibas la sonrisa agradecida del que se va de alta, recibes la del que se va, pero que a buen seguro vale más, porque implica agradecimiento, respeto, y esa conexión especial del que ha recibido de alguien mucho más de lo que ese alguien aprendió en una universidad (y tú también)... sin olvidar a los que se quedan, que habrán aprendido también una lección de la vida de las que no están escritas en los libros.
... muchas gracias de nuevo J. = Anónimo.
Espero que te sigas asomando a la ventana de este blog.
Un inteligente comentario.
Lo que aprendemos en estas situaciones limite no se aprende en los libros, efectivamente. Nos enseña a modificar nuestra escala de valores, a relativizar y a dar a las cosas y a los afectos la importancia que realmente merecen para nosotros, para vivir.
Publicar un comentario