Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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sábado, 30 de junio de 2018

MáS SeNTiDo CoMúN...


Tiene que ser muy difícil tomar la decisión de meter tu vida en una maleta y mudarte a la que será tu última morada, tu final de viaje. Tu última decisión razonable. Sabiendo que después ya no hay más etapas, se acaban los proyectos de vida, que ya no quedan más sueños,… quizás la esperanza de vivir feliz lo que queda.

Y qué te llevas? Qué quieres que vaya contigo hasta el final? Quién quieres que te acompañe en este viaje?

Hace años, cuando falleció tu esposa y tus hijos ya llevaban años volando por su cuenta, alguien te dijo que adoptaras un perro. Precisamente a ti, que adoras a los animales porque hace tiempo que piensas que son mejores que la mayoría de las personas. Además, te dijo, te hará compañía, te obligará a salir a pasear, conocerás gente. Al final decidiste que sí, que querer y que te quieran sigue siendo la mejor opción… y Truco llegó a tu vida. Os hicisteis amigos pronto, hasta haceros inseparables con el paso de los meses. Te enseñó otra forma de disfrutar de la vida, lo fácil que es vivir el instante y ser feliz. 

Era él a quien querías como compañero de final de viaje.

Pero, claro, en las residencias al uso NO admiten animales. Por qué? Porque contagian enfermedades… no si están bien vacunados y con revisiones periódicas. Eso tú ya lo hacías. Porque molestan a los demás residentes… a quién puede molestar un perro bien educado, que estimula las emociones de las personas con deterioro cognitivo, a veces por el simple hecho de acariciarlo,… si solo verlo ya proporciona bienestar, algo que muchas personas ni eso. Ladran, pero generalmente poco si están bien adiestrados y… qué alegría!, en lugar del soniquete de la tele encendida a todas horas o ese residente que protesta por todo. Les gusta correr, revolcarse en la hierba… qué felicidad! Claro necesitamos un jardín, también los residentes lo necesitas para tomar el aire y pasear. Puede dormir contigo o en una caseta fuera, fíjate qué fácil.

Eso pensabas… Pues si, esas residencias con sentido común, en las que no tienes que separarte de tu compañero animal, sea perro, gato o periquito, existen. Son las menos pero ójala con el tiempo la sociedad se dé cuenta de lo importantes que pueden llegar a ser para alguien como tú, que cada vez hay más.

Para que esos alguienes no tengan que renunciar a todo. Porque renunciar a casi todo es muy duro, pero absolutamente a todo… no quiero ni pensarlo.



En el pasado hemos compartido historias sobre residencias en otros países donde son bienvenidos los perros y hoy os hablamos de un lugar muy especial. Residencia Barcelona se inauguró el 1 de noviembre de 1993. Somos una residencia privada, pero podemos tramitar PEVS (prestaciones económicas vinculadas al servicio).

¡¡¡Desde el primer día todas las mascotas son bienvenidas al centro, tanto en modo ‘visita’ como en modo ‘alojamiento’!!!

Las dueñas de la residencia son 2 hermanas: Inés y Feli Manero.

La decisión de admitir mascotas se tomó de la manera más natural posible, pensando en que los residentes que viven con sus mascotas no tengan que separarse de ellas por el hecho de venir a vivir a una residencia.

Inés, que trabaja en la residencia, siempre ha venido acompañada de sus perros. Y su marido, Juan, es veterinario, por lo que tenemos el veterinario en casa :-)

Es un centro de régimen abierto, esto significa que tanto residentes como familiares pueden entrar y salir libremente, por lo que no solemos tener personas con deterioro cognitivo severo. Una gran mayoría de residentes son autónomos o necesitan tan solo supervisión. También tenemos plazas para residentes asistidos, porque por ley de vida todos vamos aumentando la dependencia. Para nosotros es muy importante la seguridad, pero la LIBERTAD lo es aún más.

Cuando desde AADA nos dijeron que éramos 1 de las únicas 3 residencias de España que admitimos mascotas nos dimos cuenta de que éramos especiales y aumentamos la publicidad en este sentido.

Por aquí han pasado: perros, gatos, pájaros, y hasta hace poco hemos tenido peces y tortugas en un estanque.

Una residente es la que se hacía cargo de dar de comer a los peces e ir vigilando el estado del agua. 

¿Hay que cumplir algún requisito (perrunamente hablando) para poder ingresar en vuestra residencia con un can?

Los requisitos que pedimos para poder acogerlos es que el residente viva en una habitación individual, aconsejable con terraza.

Tienen que tener las vacunas al día y el chip. Inspección (tanto de Bienestar Social como de Sanidad) no nos han puesto nunca ningún impedimento.

Solamente tienen prohibido el acceso a la cocina, pero tampoco dejamos que entren en el comedor. Las inspectoras suelen entrar en la habitación donde hay animales para comprobar la higiene. También nos piden la documentación. Los residentes tienen que hacerse cargo del animal, de sus cuidados en general: alimentación, higiene, salidas… Por lo que una persona con alta dependencia no podrá traerlo a no ser que asigne a un cuidador externo todas estas tareas.

No se cobra ningún suplemento por mascota. Si la persona mayor está indispuesta, la familia se hace cargo del animal, y si no es posible ya miramos entre el personal de cuidarlo en todo lo que está en nuestras manos, nos organizamos (peleamos a veces) para atenderlo y sacarlo a pasear, siempre y cuando la cosa no se alargue muuuucho. Incluso hasta otros residentes (más jóvenes y autónomos) se han ofrecido y han sacado a los perros a pasear.

Les ayudamos a administrar las dosis de comida en caso de que no se aclaren con las raciones.

Los perros se suelen adaptar muy bien, ya que ellos están bien donde estén sus amitos. Normalmente estos perros suelen ser ya mayores también y no necesitan mucha actividad.
 
Para la adaptación de los gatos, que son más territoriales, aconsejamos que se pongan un enchufe de ‘feromonas’. 

Los residentes sacan a los perros a pasear por la calle o por el jardín de la residencia. Tenemos muchas terrazas y jardines. Dan mucha alegría a todo aquel que ha tenido perros o que le encantan los animales. Muy pocas veces nos hemos encontrado con alguien que haga mala cara por ver un perro por aquí, al contrario, siempre unen y dan alegría.

Si alguna profesional que tiene que entrar a la habitación no le gustan los animales o tiene alergia al pelo le hacemos un cambio. Cuando hacemos las entrevistas de trabajo siempre preguntamos si les gustan los animales, y no sé si está bien decirlo, pero nos ayuda a tomar una decisión para escoger al candidato :-).

¿Qué beneficios observáis vosotros en las personas mayores que tienen a su lado a su perro o a su gato?

Los beneficios de que vengan las personas mayores con sus mascotas son innumerables: favorecen la sociabilización y  la adaptación, les ayudan a relacionarse, les obligan a seguir con sus responsabilidades y sintiéndose útiles, les hacen compañía, y evitamos el trauma que supondría la separación para los dos, entre otros muchos beneficios.

Muchos de los residentes que ingresan en la residencia lo hacen porque han sufrido una pérdida: su marido, una hija, la salud, la autonomía…. Por lo menos que pueda seguir con su perro. Los que los tenemos no podemos entenderlo de otra manera.


¿Organizáis actividades específicas para los residentes con perro?

No hacemos ninguna actividad con los peludos. La cotidianidad, el día a día, la convivencia, los paseos, las caricias,… son nuestras actividades con los perros. Poder seguir viviendo con ellos como en casa, esa es la mejor terapia.

Nuka, mi peluda, viene algunos días al trabajo conmigo, se pasea por las salas saludando a todo el mundo, se va al jardín a buscar piñas, se queda dormidita al lado de mi mesa en el despacho… Es todo un  placer no solo vivir sino trabajar aquí.

Cuando nosotras seamos viejitas deberán existir más residencias como nosotros, ¡¡sino aquí no cabremos!!!






2 comentarios:

Alondra dijo...

¡Que bueno! felicito a los que regentan ese lugar. Si me tuviera que separar de mi pequeña Lúa la poca ilusión que me queda se perdería por muy bien que me trataran. Ella es mi compañera fiel, no tiene otro trabajo, ni otra obligación y por eso siempre está a mi lado. Me obliga a salir, si se encuentra con algún amigo perruno la veo tan feliz que me vuelvo más sociable y alargo el paseo, incluso ya coincidimos en las horas y los lugares, jóvenes y viejos que se nos pone en los labios la sonrisa tonta de la ternura.
Siempre digo que fue ella la que me adoptó a mi y es mi mejor medicina. Por esa razón me hizo muy feliz tu comentario y ojalá sigan creciendo los amigos de los animales y espero que este verano no los dejen olvidados, porque ellos no lo harían.
Ahora estoy un poco alejada de la red pero cuando abro la ventana siempre me acerco, este lugarcito es muy especial para mi.
Un abrazo afectuoso.

Violeta (Pilar Lázaro) dijo...

Ójalá se extienda esta gran idea, tan solo hay que aplicar el sentido común y buscar el bienestar de las personas. Personalmente creo que, desde hace tiempo, debería haber muuuchas más residencias así. Un gran beso para ti y para Lúa.