Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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martes, 20 de octubre de 2009

"Alguien voló sobre el nido del cuco"


Hoy, visita a un psiquiátrico, que ahora llaman “centro asistencial” (motivo por el cual nos hemos perdido entre campos durante un buen rato...). Supongo que el cambio de nombre se debe a todas estas reformas sociales que únicamente consisten en cambiar el nombre que hasta ahora había definido una situación, a la que todos estábamos ya acostumbrados y que no presupone un significado vergonzoso o deshonroso, por otro que unos cuantos suponen es socialmente más aceptable y menos excluyente o marginal, pero que viene a definir lo mismo. Yo, personalmente, no sé por qué existe la necesidad de llamar a las cosas por tantos nombres diferentes, cuando todos podemos entendernos sin malinterpretarnos.

Bueno, pues hemos ido al “centro asistencial”, en el que predominaban pacientes con patologías psiquiátricas, a visitar a una paciente diagnosticada de una idem e ingresada desde hace 20 años y que, además, padece un melanoma con unas lesiones tumorales bastante complicadas de tratar.

Un edificio construido en los años sesenta, con unas salas enormes donde se amontonaban las camas en dos hileras paralelas de pared a pared. Personas deambulando sin fin, la mayoría silenciosas, con expresiones totalmente ausentes de este mundo, paseando por un mundo aislado, diferente al que nosotros, los de acá, vivimos cada día, no sé si mejor o peor, pero sí diferente. Algunas probablemente polimedicadas para que la convivencia sea posible y no incomoden demasiado.

También había sonrisas y saludos en otras caras, más o menos relajadas, así como retazos de conversaciones incoherentes y algún grito al fondo. Hacen terapia ocupacional y otras cosas y tienen un jardín por el que pasean si hace bueno.
El personal que trabaja ahí adentro es amable, profesional, conciliador y respetuoso.

No juzgo. Se me ocurren cosas para intentar mejorar, pero no tengo soluciones.


4 comentarios:

C.S. dijo...

Es que cuando lo que duele y hace daño no se ve... es difícil ponerle nombre, cuando una persona se transforma en una reacción química de descarga neuronal, cuando sus emociones sólo dependen de bajar o subir una dosis de fármaco... es difícil ponerle cara. Cuando además de todo eso se padece una enfermedad con lesiones "duras" de mirar y tocar... para eso simplemente no hay palabras.

C.S. dijo...

y sigo... :)
Yo también recuerdo en los años en los que trabajé en Toledo dos pacientes de un psiquiátrico. Estaban en el "Pabellón de aislamiento y difícil control", por lo menos es lo que ponía en el cartelito de la entrada. Recuerdo que había que tocar un timbre para entrar, ibas con escolta durante toda la visita y tocabas el mismo timbre para salir. Dentro... no había silencio, sin embargo... tampoco había palabras coherentes... sólo miradas vacías, gritos, verborrea constante... Muchos días lo tenemos difícil y nos resulta duro... pero cuando atraviesas ese "otro mundo"... y se juntan en un mismo paciente las dos patologías que producen más aislamiento en nuestra desarrollada y avanzada sociedad... realmente a mi me resulta difícil hasta pensar.

Bichita23 dijo...

Hola amigas pasen por mi blog alli encontrarán una sorpresa creo que les será agradable
Besos

C.S. dijo...

Gracias Bichita, como ves lo hemos colocado en la estantería en un puesto de honor.