Cuando la curación no es posible y las enfermedades degenerativas y oncológicas alcanzan estados muy avanzados, pacientes con una calidad de vida nula pueden sobrevivir semanas o meses a base de trasfusiones, tratamientos agresivos, intervenciones quirúrgicas, antibióticos de última generación, etc. Es el encarnizamiento terapeútico, una práctica con la que el señuelo por prolongar un poco más la vida, acaba extendiendo la enfermedad y el sufrimiento.
“El dolor no dignifica ni glorifica la vida, no hay razón alguna para que un paciente terminal sufra un segundo más de lo necesario”.
LUIS MONTES
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