Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

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sábado, 13 de diciembre de 2008

Cuidar al cuidador I.

Hace unos días puse un post sobre los derechos de los cuidadores... y por supuesto dentro de estos cuidadores, nos podemos incluír tambien los profesionales sanitarios.
Pues empezamos...
cómo podemos cuidar(-nos) al cuidador.??

SABER NUESTROS LIMITES... Y ESTABLECERLOS.
Es imprescindible que nos paremos a pensar hasta dónde es importante que el cuidador esté bien para dar una atención eficiente a la persona que tiene a su cargo. Para ello es indispensable marcar los límites de la actividad.
Las necesidades del cuidador son tan importantes como las del resto y por atenderlas no se debe sentir ningún tipo de culpabilidad. Cuidarse a ellos mismos va a dar una dosis extra de energía y evitará llegar a caer enfermos física o psicológicamente.
A la hora de organizarse es importante saber que pedir ayuda es una alternativa que va a proporcionar muchos beneficios, y no debe interpretarse como una dejadez de funciones, sino un paso más en la organización eficiente del día a día. La ayuda no es sólo un apoyo en lo referente al trabajo físico, sino un una vía de escape de tensiones. Compartir la responsabilidad da la posibilidad de compartir miedos y soluciones.

La tarea del cuidado de un familiar no tiene porque ser sólo de una sola persona y pedir colaboración no es un signo de debilidad.

 

Del mismo modo, establecer los límites con la persona a la cuidamos directamente es tanto o más importante. En muchas ocasiones las personas dependientes se vuelven extremadamente exigentes y solicitan más de lo que realmente necesitan; es posible que demanden de un modo excesivo como llamada de atención; pues bien, en esos casos es básico saber hasta donde se les debe prestar ayuda, cuál es la necesidad real para no generar más dependencia de la que ya existe por la patología.

 
Quizás no resulte sencillo valorar cuándo la persona exige más cuidados de los realmente imprescindibles, pero hay que estar alerta a situaciones en las que por ejemplo se fingen síntomas que antes no existían, o se hace responsable al cuidador principal de problemas que no son culpa suya, rechazan apoyos de otras personas o se niegan a usar herramientas que pueden facilitar su cuidado (sillas de ruedas…).

 
Recordemos siempre que dar más ayuda de la necesaria no favorece la autonomía de la persona, que a fin de cuentas es uno de los objetivos que debiéramos de perseguir.


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