A Pilar la encontramos sentada en el sofá, un gorro de lana naranja cubre su alopecia tras varios ciclos de QT. Sus labios finos y pálidos nos sonríen, sin embargo sus ojos transmiten una tristeza y un cansancio inmensos. Nos sentamos junto a ella y su marido, callado frente a ella, y nos cuenta poco a poco, haciendo pequeñas pausas en las que recupera de nuevo el ritmo de la respiración, la difícil comunicación con su familia.
"Yo, siempre que he podido, he ido sola al oncólogo y desde el principio me dijo la verdad cara a cara. Ahora me acompañan mi marido y/o alguna de mis hijas. A veces siento que me dejan fuera de la conversación..."
Hablas de la enfermedad con tu familia, de cómo te sientes?
"Al principio les iba dosificando la información para que no les doliera demasiado, les contaba... pero no todo. Y ahora quiero hablar con ellos pero no quieren, supongo que para protegerme. Necesito hablar, desahogarme, pero no me escuchan, cambian de conversación e intentan animarme...Por las noches, cuando estoy a punto de dormirme, en ese duermevela, mi cabeza está hiperactiva, me acuden mil pensamientos diferentes que ni me angustian ni me deprimen o me dan miedo, pero necesito expresarlos..."
Su marido la mira, nos mira...y cambia de conversación.
1 comentario:
A veces los pacientes te dan verdaderas lecciones, te desmontan... Estoy segura que si escucháramos más que, a veces, hablamos aprenderíamos verdaderas lecciones.
... fue una suerte estar allí contigo "Violetilla".
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