Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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sábado, 29 de agosto de 2020

aHí SeGuiMoS...

Y seguimos mascarilla en rostro, doble guante, bata, pelo recogido, sudando, moviéndonos por la casa acompañadas por el roce del tejido ajeno, acorazadas… y con ganas, muchas ganas. Siempre nos hemos puesto el listón alto, pero ahora es diferente y aunque queramos llegar a todo, no llegamos. Los domicilios son más distantes, las familias se sienten más aisladas y los pacientes se quedan en el limbo del ojalá lleguen a tiempo.

El trabajo ha aumentado en estos tiempos raros, se necesitan camas en el hospital por un por si acaso, a veces las altas son más tempranas y no siempre en las condiciones adecuadas, los médicos de primaria están sobrecargados... Nuestro listado de pacientes crece sin cesar y el teléfono echa humo. Es una frustración no poder llegar a tiempo a todo y a todos.

A pesar de ello, seguimos con emoción y pasión.

Isidro nos dice que ya no puede con su cuerpo… quizás su alma ya está entrando en otro lugar más liviano.

Elisa nos mira y ahoga una risa, mira a su hija, luego a nosotras, de nuevo a su hija y pregunta: Pero qué es esto? Son las médicas, mamá. Ah! Bueno, pensaba que me iban a hacer algo!

La hija de Elena nos dice que su madre está alucinando desde ayer: Dice que habla con su padre, que está aquí en la habitación, y que la está esperando. No hace más que sonreír, está muy tranquila.

Juan no quiere vivir porque su mujer está en una residencia y no puede verla, mucho menos abrazarla y quererla.

A los hijos de Luis los acompañamos a la habitación de la residencia para que puedan despedirse de su padre, ya en agonía.

La esposa de Mario dio positivo y aunque ya ha pasado la cuarentena, nadie quiere venir a verlo. Hacemos una pequeña reunión con sus hijos en la casa, ellos en el jardín con su padre y el perro y ella desde otra habitación les habla por Skype, por si acaso…

Lucía está muy triste porque en la última consulta han desestimado continuar el tratamiento oncológico, y aquí me he quedado, mejor dicho, aquí me han dejado… No tengo miedo a morir, pero no quiero estar sola.

Eva no sabe si hizo bien en sacar a su madre de la residencia, es que no puedo con todo.

Fernando abrió los ojos y se despidió de nosotras un viernes: No creo que volvamos a vernos, esto va muy rápido. Gracias y sobre todo sed felices.


El amor se expande, se contagia. Si no, no es. La felicidad también.