Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

¿Nos acompañas?.



sábado, 31 de diciembre de 2022

aLGo BoNiTo...


Este año, como los que han pasado ya, ha sido un REGALAZO.

Y si, además, la salud te ha dado un pequeño susto, el regalo es aún mayor. Vuelves a sonreír al amanecer, cuando el sol te da en la cara y te recuerda que estás vivo, sin fecha de caducidad que tú sepas, que el día se despliega nuevo ante ti, por estrenar, y que la vida continúa. Que la felicidad es aquí mismo, bajo tus pies y sobre tu cabeza. Que lo demás es accesorio.

Si todos cultivásemos un campito de Paz y Amor a nuestro alrededor, los campitos se unirían creando una gran explanada que iría tapizando el mundo, lo cual lo convertiría en un lugar mejor. O simplemente en un lugar vivible, que ya sería mucho. 

Hay gente que no está por la labor, en fin…

Yo sigo: y si el año que viene trae Algo, que sea Algo Bonito, lo que sea, pero Bonito.

 

 

viernes, 9 de diciembre de 2022

MuNDoS De YuPi...



P.D.:  Y esta amiga, de la que hablo en el post anterior y que casi se enfada, me dice (algo que me han dicho varias veces en los últimos años y que al principio me dolía pero ahora casi me halaga) : "Es que tú parece que vives en los mundos de Yupi". 

Fin. Sin comentarios.

 

 

 

jueves, 8 de diciembre de 2022

MáS Que aGRaDeCiDa...


No sé por dónde empezar. Tanto tiempo… Han pasado tantas cosas y a la vez tan pocas. Mejor dicho, han pasado muchas para llegar a ninguna. A veces la tristeza se adueña de tu vida, sin un motivo concreto, sin un porqué. El paisaje se difumina y los colores pierden tono. La sonrisa se resiste a salir y te quedas a media luz.

Hace tiempo que no trabajo, por eso el blog está desatendido, desnudo. Y no sé cómo explicarlo. Lo intento.

Un buen día se me empezaron a amontonar los muertos. Estaba rodeada, los llevaba a la espalda y, los que no me cabían, los iba dejando en la cuneta. Llegué a olvidarme de sus nombres y sus direcciones. No de sus caras ni de su entorno.

Mis muertos personales aparecieron de nuevo. Un duelo acumulado y dos no resueltos. Siempre busqué seguir trabajando a pesar de ello. Me hice cargo de la empresa familiar y continue con mi trabajo habitual. Parece ser que no fue lo más correcto por mi parte, aunque no fui consciente hasta unos años después.

Pensaba a menudo en mi muerte, en una enfermedad propia, en una fecha de caducidad con mi nombre. Me paré. Me recogí, di un paso atrás para buscar e intentar recuperar los trozos y volver a unirlos. En eso estoy, a veces cuando no pasa nada, pasa todo.

Sin embargo, parece que sigo atrayendo historias de vida parecidas a las que he vivido durante años. Continúo haciendo acompañamiento y utilizando lo que aprendí en mi trabajo o quehacer diario, como me gusta llamarlo. El padre de un vecino falleció hace poco de una enfermedad oncológica y, aunque era atendido por su equipo de Cuidados Paliativos, me llamó y compartimos las últimas semanas hasta que llegó el final. La mujer de un amigo mantiene una mala relación con su cuerpo y con mi amigo tras una mastectomía que, quien sabe si la habrá salvado de morir más adelante, ojalá. La hermana de otro amigo falleció hace unos meses de un silencioso carcinoma de ovarios, y también estuve allí.

Cuando voy a comprar comida al sitio habitual, el carnicero me cuenta un día que su padre padece una demencia con tintes agresivos, pero lo peor es que convive con un hijo alcohólico que se ocupa más bien poco, bastante tiene con lo suyo y con sus varios ´´Proyectos Hombre¨ iniciados, sin conseguir llegar al objetivo. Me hace una copia del informe médico, a ver si puedo hablar con su doctora y echarle una mano.

Una amiga me cuenta que a su hija le han diagnosticado una endometriosis y que probablemente no podrá ser abuela, le digo que no se preocupe, que eso es lo de menos. Casi se enfada.

También me encuentro a gente que derrocha sonrisas y buen querer. A veces, a pesar de los pesares. Ahí me quedo un rato largo.

Han sido años de pérdidas, pero también de hermosos encuentros. No puedo estar más agradecida a la vida.

 Así que mis Carreteras Secundarias continúan, con sus curvas, sus cambios de rasante y su variado y maravilloso entorno.