Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

¿Nos acompañas?.



domingo, 29 de diciembre de 2019

eN eSToS DíaS...


Estos días son un tanto especiales para la mayoría de nosotros. En parte porque las tradiciones se mantienen y parece que es necesario que te recuerden que compartir es imprescindible, también parece que tienen que recordarte que querer y que te quieran te alegra el corazón y que el alma se pone en pie ante la gente buena. Y además, nos recuerdan sin descanso, que todo esto debe estar acompañado de regalos, de felicidad, de buenos propósitos, de buenas comidas y de qué sé yo… Y mientras, el mundo sigue girando con su incomprensible proceder, bien alejado de todo lo importante. Qué paradoja… una más.

Junto a toda esta vorágine conviven, como el resto del año pero por alguna razón con más intensidad, los recuerdos de otros tiempos pasados, los momentos compartidos con personas que ya no están o ya no son lo mismo, los besos al aire y las sillas vacías. Convive la soledad y el buen hacer de mucha gente que no hace ruido pero hace lo que puede para sobrevivir a estos días un tanto especiales.

Marta decía que aunque no soportaba esta algarabía, era el único momento del año en que todo parecía correcto y que cada cosa ocupaba su lugar.

Cristina, que vivía lejos, buscaba el calor de la familia.

Pili decía que quería celebrar estas reuniones más que nada por sus padres… “Vaya usted a saber si es el último año que podemos hacerlo”, y así pasaron muchos.

Lucía no quiere morirse en estas fechas tan señaladas… “Menudo recuerdo les quedaría a mi familia para el resto de sus Navidades”.

Elena quiere llegar al menos a su cumpleaños, que es el 12 de enero. “Si… yo creo que llegaré,… qué os parece?”.

Antonio no quiere pasarlas en la residencia. “Si al menos uno de mis hijos me llevara a su casa estos días... Desde que no está mi mujer ya nada es igual”.

Benita hará un puchero del que disfrutarán su hija, “Quizá el último…”, y su nieto.

Jesús sólo pide no sufrir en estas fechas para no amargarle la fiesta a su familia y, sobre todo, que no tengan que ingresarlo. “Las Navidades en el hospital son muy tristes…”.

Bruno sólo pide no tener dolor para poder disfrutar de la compañía de su nieta.



Y yo… sólo quiero que me dejen como estoy. Y en caso de pedir, pido salud, que es lo fundamental para continuar. Fuerza, ganas, mente clara. Paz y amor. Quizá un unicornio azul. De lo demás creo que podré encargarme yo. Tampoco quiero sobrecargar…



Sigo pensando que la Felicidad es una Actitud y la Vida un Regalo.




martes, 24 de diciembre de 2019

eS NaViDaD Y Tú No eSTáS ...


En Eco de Teruel han hablado con Montse García, psicóloga de la AECC de Teruel, sobre las situaciones que se dan estos días un tanto especiales, en los que hay que gestionar un duelo por un ser querido fallecido recientemente.

No es fácil hacerlo en medio del bombardeo de mensajes de felicidad, regalos, alegría y  buenos deseos que se producen en estas fiestas de Navidad,... pero hay maneras de conjugar Duelo y Navidad.


lunes, 16 de diciembre de 2019

ReCoLoCaNDo...



Otra vez, de nuevo, mi quehacer diario ha vuelto a poner mi vida en su sitio. Andaba yo preocupada por un asunto familiar cuando, de repente, Lucía me ha recolocado. Ha ordenado las piezas y el asunto ha pasado a la cola, su lugar correspondiente desde el principio, aquel en que yo no había sabido colocarlo.

Lucía tiene casi mi edad. Su pareja falleció hace unos años tras una compleja enfermedad, de la que también fuimos testigos. Cuando nos ha visto entrar su gesto ha cambiado y, aunque ya nos esperaba, el pasado ha vuelto de golpe y el presente se ha hecho fuerte en su cama.

Ha sido una visita difícil, no ha salido de su caparazón. Apenas podía hablar, entre la fatiga y la emoción. “Lo siento, no es agradable veros otra vez y más sabiendo por lo que estáis aquí”. Ha rechazado la enésima quimioterapia que le han propuesto. Para qué?... Ya sé lo que hay y ya estoy muy cansada de pasarlo mal”. Esquivaba las preguntas,… ya tenía todas las respuestas.

“No sé cómo será… pero siento una tristeza infinita”. La desolación campaba a sus anchas por toda la casa, salpicando a su hija que a duras penas se escondía de ella en la cocina. Creo que todas teníamos un nudo allí donde se junta el corazón con el páncreas, en ese lugar donde lo emocional trasciende lo físico convirtiendo los momentos en un tobogán de sensaciones... y casi ninguna buena.

Tras la visita ha vomitado, se le ha revuelto el cajón donde se guardan las cosas importantes, las que se hablan y las que se callan. Las que son y las que están, también las que podrían haber sido.


He llegado enferma a casa,… el tiempo justo para colocar las cosas en su sitio. Mi vida recolocada de nuevo.




martes, 10 de diciembre de 2019

domingo, 8 de diciembre de 2019

SuFRieNDo? ...



La muerte.

Hace unos días nos la encontramos de nuevo en casa de Mireia. Estaba acostada junto a ella, enredándose en sus piernas. Suave trepaba por su vientre acomodándose en su cuello. Morena, delgada, pálida de piel, de ojos grandes,… pareciera que la muerte agrandase los ojos. Nos miraba, como nos mira casi siempre, sin acritud, sin violencia, como una amiga lejana, incluso con paz. Con la paz que va a dejar en ese cuerpo maltrecho y en esa mente desquiciada.

“Si como, mejoraré”, nos decía Mireia. Su marido, un cuidador excelente, le seguía la corriente “claro mujer, si tenemos batidos para más de cinco meses!”.

Él sabe que ella se está muriendo desde hace una semana, él sabe que su mujer lo sabe todo aunque no hablen del tema y parezca que se engañan. Cada pareja tiene sus códigos, cada familia es un mundo aparte en el que podemos intervenir pero siempre con cautela para no romper, para no dañar más.

“La que me preocupa es mi hija. Sólo tiene 25 años y aunque la he sentado y se lo he dicho, vamos que no es tonta y lo ve, bueno pues no quiere escucharlo. Intento que llore ahora, que hable con ella ahora,.. que piense que después ya será tarde.”



Alguna vez me han dicho que lo hago todo fácil, que me quejo poco y que no pongo pegas a situaciones que las podrían tener. Incluso me han llegado a decir que parece que vivo en los mundos de Yupi. Y no, no es eso. Vivir y sentir el SUFRIMIENTO con mayúsculas y en negrita tan a menudo, hace que todo lo demás sea fácil… porque en realidad lo es.