Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

¿Nos acompañas?.



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domingo, 10 de octubre de 2021

eSCuCHaNDo eL SiLeNCio...


Últimamente me pregunto si uno está fuera de la realidad por convicción o por vocación, o es la realidad la que lo despacha a uno.

Siento que la mayoría de las cosas no me pertenecen ni me interesan, que el presente es otra cosa que debe estar un poco escondida porque la mayoría de la gente no lo comparte. Admiro la fuerza de los pequeños gestos, la inmensidad de algunos momentos, el amor del instante. La verdad que está oculta entre la maraña, el hilo que te conduce a ella y el lujo de ser capaz de vivir ese soplo de aire fresco y auténtica realidad, en medio del caos en el que estamos inmersos y del que no me siento parte.

Este sentimiento no me produce tristeza, sino estupor y sorpresa, me aísla y me concentra a la vez que me dispersa de lo y de los demás. Tampoco es una sensación nueva, pero si más intensa y que quiero aprovechar.

Me muevo cada día entre el fino filo que separa la vida y la muerte. Acompaño en el transcender, me arrimo al anochecer y escucho lo finito, lo que ya ha sido, lo que es, lo que no es y lo que nunca será. Conozco lo que es final y todo lo que arrastra, sé que la vida pende de un suave hilo de seda que oscila según el viento, y que nos vamos con lo puesto, con lo vivido, con lo hecho. No me asusta (o eso quiero creer), no pienso en el tiempo, ni en que un día se acabará, pero si en disfrutar los demás días. Casi siempre lo he hecho, pero ahora siento prisa, tengo más ganas y más convicción. No sé exactamente lo que quiero, aunque tengo una idea, pero tengo muy diáfano lo que no quiero en mi vida.

Pensar esto me da tranquilidad y sosiego. Además, no me siento sola, hay unos cuantos duendes en el bosque, me los encuentro sin querer, cuando el silencio acalla el ruido y uno ha aprendido a escuchar. Apenas se oye el murmullo, se mueven entre las hojas caídas y el sol.

Solo quería compartir esto.

 


martes, 8 de marzo de 2016

Miedo a tener miedo...



Hay veces que un familiar o un amigo... de un paciente, te encuentra por los pasillos, te para y te cuenta cosas así:
Había ido al hospital a verlo. Yo no era la única visita que tenía en ese momento, ni tampoco a lo largo del día, siempre estaba acompañado. Hablábamos, nos reíamos. Las visitas se fueron marchando y en un momento nos quedamos solos, mi hermano y yo. Era uno de esos momentos de calma que suelen ser habituales en el hospital, más habitual que todo el "ruido" que había habido a lo largo de la tarde. Y entonces, no sé cómo ni por qué, de repente me miró. Una mirada lanzada directamente desde el otro lado de la enfermedad, de la jodida enfermedad terminal. Era una mirada de terror, totalmente diferente a las que le había observado a lo largo de la tarde, una mirada sin ninguna palabra que la acompañase; y las palabras sin sentido, las palabras vacías que yo sí estaba diciendo, en ese momento quedaban totalmente fuera de contexto. Me sentía incapaz de soportar y aguantar esa mirada, esos ojos. Sólo podía hacer una cosa, acudir a su lado, abrazarlo y decirle: "Ya sé lo que te pasa, hermano".
Me estaba mirando y yo tenía que reaccionar de alguna forma... el desconcierto ya duraba más de dos, tres, cuatro segundos y él me seguía mirando fijamente, desesperadamente. Y mientras yo, incapaz y aterrado. Con miedo, mucho miedo de qué o cómo responderle.



martes, 23 de junio de 2015

Una habitación sin vistas


Viene cada martes puntual a su cita... más que viene, lo traen. Cada vez se percibe más frágil, sin embargo siempre sabes que está ahí porque desde el fondo del pasillo ya se acerca en su silla de ruedas hablando en voz muy alta y contando algún chiste.
Mirándolo a los ojos te das cuenta de la gran biografía que hay detrás de ese ser humano. Una biografía que en algún momento la vida decidió que debía escribirla solo, tal vez porque él así lo quiso, tal vez porque las circunstancias así lo decidieron.

Estar SOLO cuando se ha de lidiar con una enfermedad de esas que pueden acabar con TODO lo que uno es, no tiene que ser nada fácil. No poder compartir preocupaciones, recuerdos, que nadie se acuerde de lo que uno ha sido y sigue siendo, supongo que es también una forma de perder esa dignidad tan importante al final de la vida, porque morir con dignidad no es sólo que a uno le quiten el dolor, o los síntomas molestos, también significa ofrecerle su respeto y reconocerlo como persona, en lugar de únicamente como paciente. Hay quien dice que la soledad (obligada) es otra enfermedad y estoy de acuerdo. Y desgraciadamente cada vez es más y más frecuente.

Y ahí está él, solo en una habitación sin vistas, esperando a que alguien aparezca para aprovechar ese breve tiempo y contarle un chiste, o simplemente para preguntar cómo se llama. Imagino que para saber que ahí, al otro lado hay alguien, por si esa es la última vez que ve abrirse la puerta.




jueves, 30 de enero de 2014

MieDo...


A veces, muchas, me miras con los ojos muy abiertos, fijamente me escudriñas e intentas que no se te escape un solo detalle de lo que ellos ven. Tienes miedo. Preguntan con mucha cautela, diciendo lo que tu boca no se atreve a pronunciar, lo que tus labios callan. Más miedo.
 
Sólo me miras y yo no sé, no sé… soy incapaz de decirte toda la verdad; esa verdad de la que he hecho gala durante tantos años, esa verdad soportable que día a día he ido desgranando en el borde de la cama de pacientes que, como tú, intuyen, saben o sienten que la vida se escapa cada vez más deprisa, cuesta abajo. Esa difícil conversación, verbal y no verbal, con preguntas abiertas, con respuestas sinceras, con silencios llenos de palabras y emociones, que van y vuelven y en la que siempre se intenta que la puerta de alguna esperanza quede entornada…

Pero, ya ves, soy incapaz de hablar contigo de frente. Y me duele. También tengo miedo, si no más, al menos como tú.

Y pienso… qué diferentes son las cosas al otro lado, aquí en la tierra!
 
Alma
 
 

jueves, 24 de noviembre de 2011

PReGuNTaS...

... Le contó que desde pequeño había sentido el deseo de comunicarse con los árboles, y que muchas veces acercaba el oído a la corteza de los troncos para percibir sus murmullos más secretos.

Mirándolos, le parecía ver que las ramas se alargaban hasta el infinito, más allá de los confines de la tierra, tendidas hacia mundos desconocidos.

Los indios también los amaban porque ofrecían refugio, sombra, leña y frutos. Los consideraban las antenas del mundo porque eran capaces de captar los secretos del cielo. Bastaba saber escucharlos para tener una respuesta a las preguntas más secretas.


“El buscador de sueños”


viernes, 14 de octubre de 2011

demasiado RUIDO...


Hoy he recordado algo que leí hace tiempo... " A veces hay demasiado ruido que impide oír el silencio... ese silencio que es la elocuencia de la verdad."  
Y es cierto... muchas veces con los pacientes hacemos ruido, ruido innecesario en forma de de palabras vacías que nos impiden escuchar el silencio elocuente, en forma de mil consejos sobre lo que nosotros creemos que "deben" hacer... en forma de RUIDO.
Y hay una gran verdad... hay silencios que tienen razones poderosas y cuanto más prolongados y evidentes mejor, independientemente de la verdad que los ampare. Y digo mejor, porque lo más probable es que guarden el deseo de manifestar algún sentimiento; ya sea de respeto o el de no decir para no herir o al contrario, para no ser herido.
Tal vez sean silencios que intentan olvidar algo o a alguien que está presente en nuestros corazones pero a la que no podemos expresar lo que sentimos o por el contrario, no encontramos las palabras adecuadas para manifestar nuestros deseos y nuestros sueños y el silencio sea nuestro mejor aliado.
Podría hablarse también de los "gritos del silencio" porque hay silencios que son auténticos gritos contra lo que no está bien o no nos gusta o consideramos injusto. Silencios que impresionan porque están justificados en algún acontecimiento doloroso e imprevisible ( en estos días y aquí hemos sido testigos de alguno de ellos; hay  una bella canción "los sonidos del silencio" para estos tiempos difíciles y que nos gusta escuchar cuando no tenemos ganas de decir nada)  y  hay silencios que nos duelen en el alma porque estamos deseando oír las palabras que nunca serán pronunciadas.

viernes, 3 de junio de 2011

sentido común...



Alguién muy especial con el que hablo continuamente, me dijo el otro día una frase aplicable a lo que ultimamente vivo a diario: "Hay quienes pregonan vino y venden vinagre".
Soy consciente de que los inicios en algo son duros, sobre todo cuando hay tanto comportamiento erróneo enquistado, cuando las frases: "aquí siempre lo hacemos/lo hemos hecho así" (confieso que las odio) son estandartes y lemas del día a día de personas que trabajan (nótese que no he usado la palabra profesionales) en un entorno hostil por definición... sin embargo, cuando tienes un bagaje... una experiencia y los cuidados paliativos se llevan en el corazón y en la cabeza a diario... me considero con criterio suficiente para dar un puñetazo en la mesa, gritar y decir un "basta" que tal vez hoy no se logre escuchar con fuerza por el ruido innecesario que nos rodea (palabras vacías y falsas esperanzas y promesas de "se curará")... pero que estoy segura de que un día esas palabras vacías se acabarán, se terminarán las falsas promesas... y simplemente el sentido común será lo que cobre sentido.


Oye... pero estoy bien!!

lunes, 29 de noviembre de 2010

estar... y que estés...

Hoy es uno de esos días que el frío te cala hondo... no sólo por el tiempo ya invernal, los hielos y las primeras nevadas por las carreteras. Me refiero también a ese frío-escalofrío que te recorre el cuerpo cuando te paras por un momento a pensar en "estar solo".
Me explico... este fin de semana me tocaba trabajar en el hospital, en la unidad de cuidados paliativos... cada vez que termino el turno estoy más convencida que el mejor lugar para estar en los últimos momentos (... vamos el mejor lugar para morirse) es en la casa de uno y en la cama de uno... y lo MÁS importante... rodeado de los suyos.
El impermeable ese que te pones cuando trabajas en esto, está claro que a veces es poroso y te cala (y menos mal... no me gustaría ser tan fría y distante como algunos). Este fin de semana he visto pacientes fallecer SOLOS... en la más completa y absoluta soledad. Una habitación en penumbra, silencio, frío (porque NADIE había para regular la calefacción)... tan sólo el sonido de una respiración estertorosa o disnéica cuando entrabas, tal vez por el miedo al presentir que se iba sin dejar el recuerdo de su despedida a alguien, nadie había allí para decirle el último adiós... sin embargo, cuando acariciabas con cuidado el brazo del paciente, la respiración se calmaba... como si sintiera que por lo menos alguien "amigo" había a su lado.

Ahora llegan días en los que todos pedimos deseos... la salud, el dinero, el trabajo, el amor... son los que más se repiten. Pero yo hoy me gustaría hacer mi petición... me gustaría que cuando la enfermedad aparezca (porque aparecerá tarde o temprano) en alguno de los míos... o en mí misma, sea capaz de sentirme fuerte para ESTAR... y tenga la suerte de que alguien ESTÉ.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Es Navidad... y en casa hay una silla vacía.







El tema de la muerte es un asunto que nos atañe a todos: todos hemos de afrontar el hecho de que estamos predestinados a perderlo todo . Y aprender afrontar un duelo por la pérdida de un ser querido es como una prueba que nos prepara . Quizás la pérdida que vivimos ahora nos llama a revisar de una manera más contundente preguntas existenciales que hasta ahora habíamos estado evitando sobre nuestra vida, quienes somos y el sentido del sufrimiento . Quizás nos obliga a revisar nuestro concepto sobre lo que es la felicidad o el amor. Y el camino para responder a estas cuestiones pasa por dentro de uno mismo : eso significa que para hacer un duelo o afrontar la propia muerte, hay que utilizar la escalera para ir hacia abajo de la condición humana no para ensalzarse por encima de ella . Bajar hacia abajo significa que las respuestas no las encontraremos en un libro muy intelectual, ni en un maestro muy elevado o muy famoso. El camino pasa por explorar gestos mucho más humildes, momentos donde tocamos nuestra imperfección o encuentro llenos de simplicidad y gratuidad que nos llegan si tenemos tiempo para pararnos y mirarnos a los ojos. Aprender a bajar esta escalera quiere decir aprender a estar presente y abrazar todo aquello que nos pasa cada dia, en cada momento sea bueno o malo , cada encuentro, cada herida y dejarnos sentir el dolor, el enfado, la alegría sin intentar cambiar nada, sin oponernos. Rendirnos al gurú, al maestro más grande de todos: la realidad cotidiana imperfecta de nuestro día, día y nuestras relaciones no siempre fáciles con los que nos rodean. Y considerar que todo aquello que creemos que es obstáculo o una interrupción a nuestros propósitos, proyectos, ambiciones personales o deseos, todo aquello frente a lo que saltamos con un “ ¡Oh mierda, esto no me gusta!” , no son más que el material más espiritual , más necesario e indispensable que la vida nos pone delante para que podamos crecer y aprender .




Y hemos aprendido que ayudar al otro y acompañarlo en su duelo, o en su proceso de muerte, no es poner una “compresa” a su herida con palabras de consuelo que le ahorren el dolor. Sino que es darnos el tiempo, la serenidad y la atención de permitir que abra su herida y la explore a pesar del sufrimiento que esto le despierte. Y cuando sienta este dolor facilitamos que se haga las preguntas que necesita hacerse, para las que el sufrimiento señala contenido y propósito. Y teniendo la humildad de aceptar que nosotros no tenemos respuestas y si las tenemos no le van a ser útiles porque necesita hacer su propio camino de despertar. Y tener la paciencia de seguir allá sin miedo y sin prisa sintiendo el mismo dolor , su misma impotencia, y su lucha interna para dar un sentido a la pérdida que está viviendo. Y cuando podemos hacer esto le damos la oportunidad de vivir una experiencia plena de si mismo en contacto con el otro que da seguridad, confianza y respeto, y es entonces en este encuentro existencial relacional, cuando puede darse el milagro de la esperanza ante este misterio que es la existencia humana, la necesidad de las relaciones entre los seres humanos y su pérdida.







Y luego podemos comer turrones, bailar, jugar, ser creativos, tener mejores relaciones con los demás y , muy importante, hacer mejor el amor. Eso es a lo que verdaderamente estamos llamados en la vida y el objetivo final del duelo. Aquello que ellos y ellas , los que nos dejaron quisieran que hiciéramos con nuestra vida y en su honor.



El siguiente enlace forma parte de un excelente material de duelo del Servicio de Duelo de Girona.
Su autora: Alba Payás Puigarnau. Psicoterapeuta.


Es Navidad...y en casa hay una silla vacía.
Consejos para afrontar la Navidad para familias en duelo.

martes, 9 de junio de 2009

Voluntades Anticipadas...






El término testamento vital, documento de voluntades anticipadas -DVA- o de instrucciones previas se refiere al:
Documento escrito con indicaciones anticipadas que realiza una persona en situación de lucidez mental para que sea tenido en cuenta cuando, a causa de una enfermedad o de otro evento y con una condición física o mental incurable o irreversible y sin expectativas de curación, ya no le sea posible expresar su voluntad sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, sobre el destino de su cuerpo o de los órganos del mismo.
Su aplicación se entiende en previsión de que dicha persona no estuviese consciente o con facultades suficientes para una correcta comunicación.
La persona que realiza el testamento define como quiere se produzca su muerte si se dieran unas determinadas circunstancias. En este sentido puede decirse que define lo que para él es un muerte digna en un contexto de final de la vida.
Para que sea siempre efectivo, este documento deberá incorporarse al Registro de instrucciones previas correspondiente y a la historia clínica del paciente tanto para facilitar su acceso por los profesionales médicos como para se pueda efectuar su revocación o modificación.
La mayoría de los modelos incluyen el nombramiento de un representante que servirá como interlocutor suyo con el médico o el equipo sanitario para procurar el cumplimiento de las instrucciones previas. Por tanto, la existencia del documento evita la amplitud de interpretaciones que pudieran darse tanto por los profesionales médicos como los familiares y hace valer la posición única del enfermo.
Aunque se ha extendido el uso del testamento vital no se considera acertado la inclusión del término testamento, jurídicamente es más adecuado hablar de documento de instrucciones previas o voluntades anticipadas en relación con el derecho a la autonomía del paciente afectado por un proceso en fase terminal y en consideración a una muerte digna.
DOCUMENTOS DE VOLUNTADES ANTICIPADAS...









viernes, 13 de febrero de 2009


10 PaSoS PaRa CoMuNiCaR LaS MaLaS NoTiCiaS (adaptado de Peter Kaye, 1996)


1. Preparación. Tener toda la información posible sobre su historia clínica. Qué personas quiere el paciente que estén presentes y que contribuyan a que él esté más cómodo y más apoyado. Buscar un lugar con privacidad y libre de interrupciones.Tener tiempo suficiente. Es conveniente prepararnos un plan general sobre lo que queremos conseguir con la comunicación, aunque luego tengamos que improvisar sobre la marcha en función de las demandas del paciente y/o su familia.

2. ¿Qué sabe el paciente? Que nos cuente lo que le ocurre, cómo empezó y cómo ha llegado hasta la situación actual, con sus palabras.

3. Dar una señal de alerta. Tiene por objeto avisar al paciente de que la mala noticia está cercana, permitiéndole estar más receptivo (ej.: "los resultados no han sido tan buenos como esperabamos...").

4. Permitir el rechazo. Que el paciente nos marque su propio ritmo y controle la cantidad de información que es capaz de asimilar.

5. Explicar y comprobar la comprensión. Tras escucharlo, utilizar sus palabras para resumir la historia, comprobando periódicamente que nos entiende y que le entendemos.

6. ¿Pide más información? Puede que el paciente no quiera saber más (quizás más adelante... o puede que no).

7. Escuchar sus preocupaciones. A nivel físico, emocional, social y/o espiritual.

8. Animar la expresión de sentimientos. Comprobar que no hay nada más de lo que el paciente quiera hablar, que le preocupe ahora.

9. Resumir y planear. Resumir las preocupaciones, el plan de tratamiento, pequeños pactos y promover la esperanza en los pequeños o grandes logros (para él) que podemos conseguir.

10. Ofrecer disponibilidad. Identificar las redes de apoyo con las que pueden contar. Se puede volver a hablar cuando el paciente o la familia quieran, resolver dudas, dar apoyo durante todo el proceso de la enfermedad, no les vamos a dejar solos. Dejar siempre teléfonos de contacto y fácil accesibilidad.

Manual Oxford de Cuidados Paliativos


"La decepción no es tan creativa como la verdad. Hacemos lo mejor en la vida si la miramos con ojos claros, y pienso que esto también se aplica cuando llegamos a la muerte".

Cicely Saunders




Hoy dejo un artículo en pdf de la revista Nure Investigación.
El él se explica de una manera breve, sencilla pero muy clara ciertas pautas para lograr una buena y eficaz comunicación con el paciente.



RECOMENDACIONES SOBRE CÓMO COMUNICAR MALAS NOTICIAS

viernes, 5 de diciembre de 2008

... silencio III

CoNSeCueNCiaS
DE LA CONSPIRACIÓN DE SILENCIO:


Si bien es cierto que el momento, sea de forma más o menos explícita, de hablar con un paciente de la gravedad de su enfermedad, de expresar miedos o preocupaciones es de gran impacto emocional al menos a corto plazo, no es menos cierto que ello a medio y largo plazo suele producir un alivio de la tensión -angustia- de paciente, familia y médico.


Consecuencias para el enfermo


Problemas emocionales


Imposibilidad de realizar todas aquellas cosas que facilitan la despedida


Mayor frecuencia de traslados en la fase final de la enfermedad, a hospitales o centros en los que el acompañamiento familiar no pueda ser el más adecuado.


 

Consecuencias para la familia


Problemas emocionales


Mayor riesgo de claudicación emocional


“Síndrome de la botella de champán”. Durante el proceso de enfermedad, se han camuflado todos los sentimientos a través de la conspiración del silecio, pero ante la aparición de cualquier cambio, y especialmente ante un estímulo tan traumático como puede ser el fallecimiento del enfermo, brotan con energía , dificultando posteriormente además el trabajo de duelo de los familiares.


Sentimientos de culpa en los familiares tras la muerte del paciente.


En el caso de los miembros de la familia señalados previamente como víctimas de la conspiración y que son más vulnerables es frecuente la aparición de problemas emocionales derivados de:


· El recurso de la imaginación y la aparición de fantasías (niños).



· La aparición de sentimientos de baja autoestima, aislamiento (adolescentes y ancianos principalmente).



 

Consecuencias para el profesional sanitario


Mayor dificultad para que los pacientes acepten y se adhieran a los programas de tratamiento.


Aumento de la vivencia de frustración de los profesionales. Mayor riesgo de padecer el síndrome de estrés ocupacional.

jueves, 4 de diciembre de 2008

... silencio II



Situación:
En la puerta de entrada del domicilio de un paciente cualquiera:
"... mira, les quería decir algo importante, mi (madre, padre, hijo...) no sabe nada. Creemos que no lo soportaría y se hundiría en una depresión."
Esta semana está siendo un poco de "locura", una "miembra" del equipo está de vacaciones... y no se por que motivo (imagino que la Ley de Murphy tiene mucho que ver), ha habido una avalancha de pacientes nuevos para ingresar en el equipo. Y esa situación que he escrito unas líneas más arriba... es exactamente una tónica que se va repitiendo. A veces, como comenté en el otro post de la etiqueta SILENCIO, no únicamente es la familia... sino desgraciadamente el profesional sanitario que está a su lado.
Creo que nos deberíamos olvidar de pensar por el paciente... el paciente sólo padece una enfermedad, pero sigue siendo persona con toda la dígnidad que eso conlleva, con recursos, con derechos, con capacidades y sobre todo con muchas preguntas.

PODEMOS SEÑALAR UN PERFIL DE VÍCTIMAS DE LA CONSPIRACIÓN?


Sin duda... los PACIENTES.
Aquellos miembros de la familia tales como ancianos, los familiares con problemas físicos o psicológicos, los niños y en general, aquellos que por su vulnerabilidad, pensamos que es mejor que vivan en la ignorancia, cuando por otra parte además estas personas pueden tener menos recursos personales (PERO LOS TIENEN) a la hora de afrontar estas situaciones.




PODEMOS HABLAR DE UN PERFIL DE FAMILIAS “CONSPIRADORAS”?


· Aquellas en las que la relación entre el familiar y el enfermo han sido difíciles.


· aquellas en las que la situación de la familia en ese momento sea difícil.


· aquellas en situación de cambio.


· aquellas parcas a la hora de expresar las emociones.



¿PODEMOS HABLAR DE UN PERFIL DE PROFESIONALES “CONSPIRADORES”?


· Aquellos profesionales que siguen el modelo paternalista de protección al enfermo.


· Aquellos profesionales que piensan que no hace falta decir nada porque el enfermo ya se da cuenta de todo.


· Aquellos que han tenido experiencias previas "negativas" a la hora de dar información, o que han observado consecuencias "negativas." (Notesé las comillas)


· Aquellos con déficit de habilidades sociales.

lunes, 1 de diciembre de 2008

... SILENCIO.



La conspiración de silencio se puede definir como:
Todas aquellas estrategias, esfuerzos de pacientes, familia y/o sanitarios destinados a evitar que alguna de las partes involucradas conozcan no sólo el diagnóstico y/o pronóstico de la enfermedad, también las emociones, las dificultades o el propio malestar que les atenaza. También se puede definir como una alteración de la información con el acuerdo implícito o explícito de negar la situación del enfermo al propio enfermo
(Arranz, Barbero, Barreto y Bayés).



La conspiración de silencio suele surgir siempre entre los miembros de la familia como una defensa psicológica basada en la post-posición como medio de acomodarse a la situación. La conspiración de silencio actúa como un compás de espera que permite la digestión, elaboración de la mala noticia. El problema surge cuando no se encuentra el momento, la situación o la necesidad de hablar abiertamente y el enfermo lo desea, existiendo un desfase en el proceso de adaptación entre la familia y el paciente (conspiración de silencio desadaptativa). Esta situación tiene lugar por dos razones:
· Intento de autoprotección y medio defensivo por parte de los familiares ante la dificultad de expresar y compartir emociones cuando una de las personas más queridas va a morir o es posible que lo haga en un corto periodo de tiempo. También en esta línea irían las dificultades de los profesionales a la hora de encarar la información y seguimiento de un paciente.


· Intento de proteger al paciente. Los familiares y a veces también algunos profesionales sanitarios piensan que ocultando el diagnóstico o las emociones generadas por el proceso de enfermedad van a ahorrar al enfermo malestar y sufrimiento. El médico actúa en ocasiones de la misma manera.

En general, se piensa que el hablar de la gravedad de la enfermedad, del futuro, va a ser como “el despertar de la caja de Pandora”, algo que se va a convertir en incontrolable.



Hay un perfil de "víctimas" de la conspiración de silencio, un perfil de familias conspiradoras... y lo que es peor un perfil de profesionales conspiradores... y por supuesto hay unas CONSECUENCIAS.