el verdadero valor de las cosas, los detalles, por muy insignificantes que parezcan,...como disfrutar de una buena cena, un buen chiste, dedicar más tiempo a los que quieres, a la familia, y compartir con ellos aunque sea el silencio,...disfrutar de un café, un paseo, una tertulia con los amigos,...en fin, disfrutar de todo lo que hacemos habitualmente, sin que se transforme, irremediablemente, en la vida cotidiana, para que nunca llegue a ser la nada cotidiana,... estar siempre cerca de los que queremos, por muy lejos que se encuentren o nos hallemos nosotros.”
Mª Asunción Quevedo Medina
Voluntaria
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