Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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viernes, 3 de julio de 2009

eL DueLo III


El duelo en Cuidados Paliativos incluye la atención antes del fallecimiento, durante el proceso de agonía y, si es necesario, después del fallecimiento.

Antes del fallecimiento:
Garantizando la atención integral al enfermo y su familia durante todo el proceso de la enfermedad.
Información y comunicación veraz en cada momento de la enfermedad.
Identificar y potenciar los recursos familiares, su capacidad para dar cuidados a su ser querido y la comunicación emocional.
Favorecer la ventilación emocional de la familia, prevenir sentimientos de culpa.
Promover y facilitar la resolución de asuntos pendientes.
Establecer un Plan de Cuidados con la familia para prevenir el riesgo de claudicación familiar.
Informar y orientar sobre recursos sociales, burocracia,…
Evaluar factores de riesgo en los familiares y derivar, si es necesario, a un profesional experto como el psicólogo del equipo (…el equipo que tenga la suerte de disponer de él).

Durante la agonía y el fallecimiento:
Buen control de síntomas
Información continuada sobre los cambios en la situación de enfermedad y de objetivos.
Facilitar el acompañamiento y organización de los familiares para evitar el agotamiento.
Informar y prevenir la presión de los familiares que aparecen a última hora.
Promover las despedidas, normalizar pensamientos y sentimientos, prevenir sentimientos de culpa (insistimos en esto, suele ser habitual).
Facilitar ritos religiosos y/o espirituales.
Orientar en la resolución de la burocracia que conlleva la muerte.
Facilitar la aceptación de la pérdida permitiendo las expresiones de dolor, del tipo que sean.

Después del fallecimiento:
Facilitar la realidad de la pérdida.
Favorecer que sea el propio doliente el que, a su ritmo, recoja y reorganice las cosas del fallecido.
Prevenir riesgos de morbilidad durante los primeros meses tras el fallecimiento: no abandonar tratamientos, precaución en la conducción, riesgo de accidentes laborales o domésticos,...
Informar y normalizar sobre el proceso del duelo, las manifestaciones normales a nivel cognitivo, afectivo, físico y conductual.
Favorecer la expresión y elaboración de pensamientos, sentimientos y emociones. Ayudar a completar asuntos inacabados.
Facilitar la adaptación a la nueva situación: toma de decisiones, nuevos roles y tareas, potenciar estrategias de afrontamiento de nuevas situaciones, reforzar elementos adaptativos existentes, reestructurar pensamientos desadaptativos, ayudar a definir nuevos objetivos en su vida,…
Mostrar disponibilidad para cuando lo necesiten.
Identificar familiares con riesgo alto de duelo complicado, con dificultades emocionales que no son capaces de resolver.
Realizar un seguimiento: entre la tercera y quinta semana posterior al fallecimiento se recomienda contactar telefónicamente con la familia del paciente fallecido, y si se considera oportuno concertar una visita de duelo en la que se reúna el equipo y la familia. El objetivo será expresarles nuestra condolencia, reforzar su papel de cuidadores durante todo el proceso de enfermedad, facilitar la expresión de emociones, sentimientos y pensamientos, aclarar sus dudas, ofrecer soporte básico, manifestarles nuestra disponibilidad y valorar si el cuidador principal o cualquier otro familiar requiere de un soporte específico. Hay equipos que envían una carta de condolencia.

"Recordar es el mejor modo de olvidar."

S. Freud


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