“Cualquiera que conozca el paradero
de la compasión (fantasía del alma),
que avise! que avise!
Que lo cante a voz en grito
y baile como si perdiera la razón,
jubiloso bajo el frágil sauce
eternamente a punto de echarse a llorar”
(W. Szymbosrska)
de la compasión (fantasía del alma),
que avise! que avise!
Que lo cante a voz en grito
y baile como si perdiera la razón,
jubiloso bajo el frágil sauce
eternamente a punto de echarse a llorar”
(W. Szymbosrska)
Hace un tiempo me encontré con mi amigo Gervasio Sánchez. Nos conocimos hace muchos años en un bar en el que él trabajaba en verano, para costearse los viajes y hacer fotografías que luego intentaba vender a agencias. Es un periodista de los que se implican, de los que plasman sentimientos con el objetivo de su cámara y te hacen ver la vida entera en una mirada. Hay un proverbio árabe que dice: “Quien no comprende una mirada, tampoco entiende una larga explicación”. Hablar con él me animó a volver a hojear un libro que me regaló hace 10 años, “Niños de la guerra”, con unas fotografías en blanco y negro espectaculares. En la introducción, entre otras cosas, dice:
Los niños de la guerra no hablan, no ríen, no lloran.
Lo triste de esta profesión es que acabas persiguiendo sombras furtivas que aparecen y desaparecen en la memoria. Dentro de una década alguien volverá a recoger imágenes de los niños aptos para la guerra, víctimas de las emboscadas de los hombres. Los niños de este libro serán adultos o, más probablemente, estarán muertos. Las nuevas imágenes serán fotocopias de éstas como éstas se parecen a las de décadas anteriores. Como decía el personaje de Marguerite Yourcenar en su libro Alexis o el tratado del inútil combate: “Termina uno por cansarse de vivir solamente formas furtivas y despreciadas de felicidad humana”.
“Los norteamericanos y los soviéticos ponen las armas,
los salvadoreños los muertos”.
Ignacio Ellacuría.
Jesuita, asesinado en noviembre de 1989 en El Salvador.
3 comentarios:
Como es posible, que en el mundo estén pasando los niños por todas esas penalidades, y volvamos la vista a otro lado?
Y el mundo siga dando vueltas? y no llegue el día, que de tanta vergüenza se pare, y deje de girar?
Verdaderamente es horroroso, si uno se para a pensarlo, que entre todos estemos permitiendo que todo esto ocurra; por cobardía, falta de unión y falta de organización. O por egoísmo y maldad de una ¿mayoría?
Hay algo más triste que robarle a un niño el derecho a ser niño?
Si querida Anjali. Consentirlo para nuestro propio beneficio. (lease Coltan,diamantes y demás materias primas que robamos al "tercer mundo").
Un saludo y me encanto verte también por este encantador blog.
Gracias a los dos por estar aquí, tan cerquita. Bueno, y a todos los que soléis pasearos por este rincón.
Es un placer saber que hay tan buena gente ahí al lado.
MIL Y UN BESOS
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