Teresa está diagnosticada de un carcinoma de colon a escasos centímetros
del ano, en progresión. No llega a los cincuenta años.
Entramos en su casa y la encontramos recostada en el sofá. “No me deja estar sentada, cuando
lo intento no hace más que quejarse… duele con un dolor insoportable!” Quien es
él?
“A veces se despierta de repente por la noche y tengo que levantarme y dar
vueltas por la casa a ver si lo calmo”. Parece un extraño dentro de ella y
claro que lo es, pero define la sensación perfectamente.
“Cuando va estreñido
le doy verduras y unos sobres de laxante, pero le da igual… a veces hace y
otras no.”
“Sólo quiero que me deje vivir, que le calméis para que pueda
disfrutar un poco de lo que me queda…”.
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