Hace 25 años que empezó este mal sueño. Me diagnosticaron un cáncer de mama, yo tenía 32. Acababa de entrar en política, en el ayuntamiento de mi pueblo, era mi pasión. Estuve alternando periodos de vida plena con etapas de pesadilla, la quimio, el malestar posterior, la tensa espera, el resultado de las pruebas, los periodos de tregua que me concedía la enfermedad, la vuelta a empezar.
Hasta que hace 1 año la progresión del cáncer me obligó a
dejarlo casi todo. Desde entonces sólo he vivido por y para él. Mi marido ha rechazado ofertas de
trabajo, posibilidades de ascender en lo suyo por estar conmigo y acompañarme incondicionalmente durante todos estos años.
No sé cómo agradecérselo. Nunca imaginé que el amor fuera eso, tanto amor.
Mis tres hijas viven su vida, es lo natural.
Carmen falleció hace unos días en el hospital, su marido no fue capaz de vivirlo solo en casa. Eso, en nuestra jerga, se llama claudicación familiar. Al entrar en el hospital la PCR dio positiva, la aislaron mientras esperaban el resultado de la de su marido, que también dio positivo. Vivieron el final juntos en una habitación aislada dentro del hospital. Fue duro. Sus hijas no llegaron a tiempo. Tras el fallecimiento no hubo velatorio, la incineraron, él positivo, ellas negativo.
Después él tuvo que plantearse la cuarentena, la primera nochebuena solo. Sin embargo, sus hijas decidieron confinarse con él, los cuatro juntos en una Navidad diferente. Viven estos días solos, acompañándose, hasta que todas las pruebas, unas dieron positivo al cabo de los días, otras negativo, … salgan negativas. Todavía están juntos y aislados del mundo, quizás sea lo mejor para ellos ahora.
Yo empecé con mocos a los pocos días y, pese a mantener todas las medidas en las visitas y fuera de ellas, vuelta a hacernos la PCR. Dio negativa. Estamos de que nos metan el palo…
1 comentario:
Estamos metidos en una espiral de acontecimientos que para muchos marcarán el resto de sus días en ésta vida. La soledad de algunos de los que parten a quién sabe dónde debe de ser tan cruel tanto para los que " viajan" como para los que quedan en el andén.
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