Desde hace un par de semanas el dolor estaba siendo cada vez más intenso y las crisis mas frecuentes. Ya no emplea el andador porque las piernas no le responden, pero se va en la silla de ruedas a ver el baloncesto con sus amigos.
Hoy hemos decidido rotar a morfina y poner un infusor. He retirado los papeles de su mesa que se ha llenado de ampollas, jeringas y agujas. Hemos calculado las dosis y hemos preparado el infusor. Le hemos explicado como funcionaba y como debía ponerse, él mismo, las dosis de rescate. A la vez que me preguntaba sobre las zonas de tapas de la ciudad aprendía a abrir correctamente la llave de tres vías y, con bastante habilidad para ser la primera vez, se ponía suero fisiológico por la palomilla.
-¿Lo hago bien?
-¡Eres una maquina!
Si, eres una maquina, y desde la cama das unas clases magistrales, a mí desde luego.
Nunca te ha gustado demasiado estudiar pero sabes mucho mas de lo que saben muchos universitarios o, por lo menos, sabes las cosas importantes, las que son necesarias para no hundirse cuando el mar de la vida nos sorprende, a veces muy jóvenes, con un oleaje que no esperábamos.
Gracias.
2 comentarios:
Me ha encantado compañera.
Intenso y entrañable.
Un beso grande compi!
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