Poniendo orden entre libros y papeles, ha aparecido en mis manos Rayuela, de Julio Cortázar. Está manoseado porque en esa época iba de mano en mano,...al final se quedó conmigo. Tiene algunas páginas señaladas, dobladas, y entre ellas una que es una auténtica delicia. No puedo resistirme a escribirla.
“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender, coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.”
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