Ayer fuimos a ver a S., nuestro paciente sordomudo, nuestro mimo. Y fue una de esas visitas entrañables, diferentes y que te satisfacen en lo más hondo.
En la primera visita, hace un mes aproximadamente, presentaba un dolor basal de difícil control que se confundía/alternaba con episodios de agitación y agresividad, más intensos al movilizarlo para el aseo, las curas o intentar levantarlo al sillón. Estaba de malhumor, no quería ver a nadie y, además, padecía un estreñimiento severo. Pasaba la mayor parte del día en la cama y estaba empezando a ulcerarse en sacro y talones. En tratamiento con antidepresivos, antipsicóticos y analgésicos de primer y segundo escalón.
Modificamos el tratamiento, y fuimos ajustando dosis en posteriores visitas. No ha sido fácil.
Por fin, ayer nos recibió efusivo y sonriente, fuimos caminando hasta la sala de estar donde nos presentó a sus compañeros de dominó y nos “dijo” que la próxima visita la podíamos hacer en el bar de la esquina, con una caña delante y algo para picar... por supuesto invitaba él.
Hemos de decir que no siempre es así, pero muchas veces si. Nos quedamos con lo bueno y aprendemos de lo que no sale como nos habíamos propuesto.
Es una gozada... seguimos disfrutando de nuestro trabajo, a pesar de las dificultades.
En la primera visita, hace un mes aproximadamente, presentaba un dolor basal de difícil control que se confundía/alternaba con episodios de agitación y agresividad, más intensos al movilizarlo para el aseo, las curas o intentar levantarlo al sillón. Estaba de malhumor, no quería ver a nadie y, además, padecía un estreñimiento severo. Pasaba la mayor parte del día en la cama y estaba empezando a ulcerarse en sacro y talones. En tratamiento con antidepresivos, antipsicóticos y analgésicos de primer y segundo escalón.
Modificamos el tratamiento, y fuimos ajustando dosis en posteriores visitas. No ha sido fácil.
Por fin, ayer nos recibió efusivo y sonriente, fuimos caminando hasta la sala de estar donde nos presentó a sus compañeros de dominó y nos “dijo” que la próxima visita la podíamos hacer en el bar de la esquina, con una caña delante y algo para picar... por supuesto invitaba él.
Hemos de decir que no siempre es así, pero muchas veces si. Nos quedamos con lo bueno y aprendemos de lo que no sale como nos habíamos propuesto.
Es una gozada... seguimos disfrutando de nuestro trabajo, a pesar de las dificultades.
5 comentarios:
Lo que es una gozada es que existan personas como vosotras..
Óle, óle... y óle!!
Gracias por el piropo.
Violeta no lo digo por decir eh?,. de veras,. sois geniales!..
pd: eso no hace falta que lo publiques ¿no?,.. ah!. he sonreído con el "Ole,. óle,.. y óle!,.. jaja,.. va por vosotras por supuesto..
que tengas un buen día,..
jcldanse
Lo dicho, gracias a personas como vosotras, mi confianza en el ser humano se acrecienta. Con esa manera de hacer las cosas , nos enseñais lo mejor del espíritu humano......y haceis renacer la esperanza. Besotes sinceros
Gracias, Antonio.
Es un placer comprobar que hay cada vez más gente que siente y se emociona con lo cotidiano.
Más besotes
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