"Y en esta etapa final, he constatado definitivamente que la vida humana no parece tener mucho sentido -y, si lo tiene, escapa a nuestra comprensión, que viene a ser lo mismo-, que la vida es un disparate, que es cierto que los hombres mueren (todos) y que (la inmensa mayoría) no son felices, y, lo que es peor, que no entendemos lo que nos está ocurriendo, pero sabemos que ocurre algo que no entendemos: al contrario del resto de los animales, el ser humano es lo bastante listo para plantearse las grandes, las eternas preguntas, pero no para hallar respuesta a las más insignificantes de ellas, lo cual resulta como mínimo irritante [...] Y, sin embargo, me alegro de haber nacido, y, aunque la vida que llevamos los hombres en el planeta Tierra sea (para unos más que para otros) loca, entendí muy pronto que no iba a disponer de otra y que lo mejor sería devorar ésta con glotonería, ávida de todos sus sabores, de todo cuanto pudiera ofrecerme, que ha sido mucho.[...] Si, cosa que no creo, soy consciente en el momento de mi muerte de que me estoy muriendo, me reconfortará pensar que nada me he perdido por prudencia o pereza, que le he arrancado a bocados a la vida cuanto ha puesto a mi alcance."
"Confesiones de una vieja dama indigna"
Esther Tusquets.
Así lo percibo, lo siento y lo veo todos los días y aquí me encuentro hoy... en el camino de entender que no voy a disponer de otra vida.
A vivir pues :)
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