"Sometimes,.... sometimes,.... sabe qué significa, eh??" Es M. la que grita desde el fondo del pasillo, con cara de satisfacción y mirada por encima del hombro.
M. ejerció de maestra de pueblo durante la época del “hambre”, así la describe ella. Es soltera “porque tuve que hacer de madre de mis hermanos pequeños al fallecer ella siendo yo una jovencita y, claro, después ya no encontré a nadie con quien festejar....”. Padece una enfermedad oncológica en estadio avanzado y desde el principio quiso que nada se le ocultara, habló con los médicos en primera persona, leyó acerca de su diagnóstico y pronóstico y.... pasó por las diferentes fases de aceptación de la enfermedad.
La conocimos con ira, rabiosa contra el mundo y contra Dios, preguntándose todos los "por qués" que a alguien en su situación se le pueden ocurrir. Su discurso era coherente y duro, no creía que se mereciera esto para remate de una vida difícil y abnegada, no era justo, todavía se supone que le debían quedar unos cuántos años para vivir y disfrutar de una vejez tranquila y sosegada.... Y tenía razón. Calladas y atentas asistimos a su explosivo alegato por la vida.
Sin embargo su discurso fue variando, consiguió aceptar el destino que los hados o Dios le habían reservado, y decidió actuar, no esperar, como toda su vida había hecho.
Desde siempre había querido aprender inglés...
M. ejerció de maestra de pueblo durante la época del “hambre”, así la describe ella. Es soltera “porque tuve que hacer de madre de mis hermanos pequeños al fallecer ella siendo yo una jovencita y, claro, después ya no encontré a nadie con quien festejar....”. Padece una enfermedad oncológica en estadio avanzado y desde el principio quiso que nada se le ocultara, habló con los médicos en primera persona, leyó acerca de su diagnóstico y pronóstico y.... pasó por las diferentes fases de aceptación de la enfermedad.
La conocimos con ira, rabiosa contra el mundo y contra Dios, preguntándose todos los "por qués" que a alguien en su situación se le pueden ocurrir. Su discurso era coherente y duro, no creía que se mereciera esto para remate de una vida difícil y abnegada, no era justo, todavía se supone que le debían quedar unos cuántos años para vivir y disfrutar de una vejez tranquila y sosegada.... Y tenía razón. Calladas y atentas asistimos a su explosivo alegato por la vida.
Sin embargo su discurso fue variando, consiguió aceptar el destino que los hados o Dios le habían reservado, y decidió actuar, no esperar, como toda su vida había hecho.
Desde siempre había querido aprender inglés...
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