Todos sabemos lo complicado que es traducir las sensaciones a señales comprensibles para otros.
El calor que se siente en el estómago cuando alguien te
emociona, el vértigo que experimentas cuando contemplas algo bello, la
vibración que se extiende en cada centímetro de piel cuando te turba un
sentimiento, el polvo de oro que envuelve lo que tocas cuando ofreces algo
bueno, y que vuelve brillante y dorado, el
aire cantarín que se mueve a tu paso cuando te sientes bien, la grandeza que
emana de ese abrazo en el que únicamente
nos separa la piel,… la zozobra en medio de un mar tempestuoso cuando las cosas
se tuercen, el desconcierto ante la palabra que hiere, el miedo cuando la
realidad amenaza ruina, las cosas nunca
vienen solas….
Un año más,… más o menos, depende. Siempre, mejor sumar. Otras oportunidades, nuevas
tentaciones, distintas vistas, diferentes pasos,… ViDa al fin.
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