Esta mañana he conocido a P. es un hombre mayor de unos 70 años, vive en un pueblo pequeño (un poco lejos de la ciudad), se dedica a cultivar un huerto pequeño y vive SOLO... bueno, en realidad no está tan solo, su compañero de vida es un perro.
Hoy venía al hospital puesto que tenía consulta con su oncólogo. Venía con los papeles de la cita en la mano, pero estaba muy tembloroso. Le he preguntado si se encontraba bien y con una voz muy débil me ha dicho que no... mientras esperábamos a que viniera su médico me ha estado contando que había cogido el autobús de línea esta mañana muy temprano, que cuando ha llegado a la estación ha cogido un taxi para venir al hospital y ya se empezaba a encontrar mal. Me ha contado que estaba solo, que no tenía familia (sólo a su perro). Que le diagnosticaron el "mal" en el pulmón hacía dos años, que había estado viniendo a los "goteros" y a la "radio", pero que ahora tenía que venir al hospital por vigilar unas "manchas" nuevas.
Ha terminado primero en urgencias... luego ingresado... el motivo "real" aparecía entre (...) justo al lado del juicio diagnóstico. (VIVE SOLO).
Es cierto que la soledad es muchas veces una decisión personal, otras veces la vida te arrebata cuando menos lo esperas a quien/es ha/n sido tu/s compañero/a(s) de vida... pero...
¿Cómo se vive SOLO la experiencia de estar enfermo, la experiencia de ver que tu cuerpo se deteriora, que la fuerzas no responden?
¿Cómo se vive ir al hospital a los ciclos de quimioterapia?... ¿cómo se vive la vuelta a casa en el autobús de línea... rezando para que los efectos secundarios no aparezcan?
¿Con quién compartes tus miedos, tus preguntas... la angustia?
¿Quién te acompaña al médico cuando posiblemente te den malas noticias?... y después... ¿cómo procesas toda esa información SOLO?
Y cuando las cosas vayan peor... cuando las fuerzas ya no respondan para asearte, para preparar la comida, cuando acordarte de qué medicación tomar y cómo... se haga cada vez más complicado...¿qué hacemos?... hospitalización, institucionalización... Sí... tal vez así se lograría un control de muchos síntomas... sin embargo no podríamos evitar el morir SOLO.
3 comentarios:
Quieres mantener tu autonomía, no molestar a tus hijos ni amigos, pero la realidad de la enfermedad va de la mano de la realidad de la soledad.
Cuando me tocó ir al hospital de día a ponerme "ciego" de quimio por gentileza de Cáncer and Co. veía unas cosas tremendas a cargo de los familiares, tanto en la sala de espera como en el mismo hospital de día.
A veces la familia solo es de nombre o porque lo dicta la tradición, (y yo he tenido suerte con la mía), no fueron una o dos veces que tuve que reprender a algún "familiar" de esos que pierden los papeles a base de gritos mientras que el familiar está en el sillón de quimio sin poder apenas moverse o está en la fase final de la enfermedad viendo como se va consumiendo y sin poder apenas moverse.
Y los amigos.....son muy pocos lo que se quedan, lo normal es que haya una estampida de gente, el cáncer es sinónimo de muerte, esa de la que huimos y de la que no queremos saber nada.
Mientras tuve fuerzas, y las tuve, o me las busqué, todos los ciclos y las cirugías, preferí ir solo al hospital de día y a las consultas y casi que durante todo el proceso, por elección y convicción personal.
Al final todos morimos solos, es una gran put.da pero es así y si creásemos hospicios agradables, donde morir entre paredes desconocidas, sin mas luz que la eléctrica y sin más sonidos que el de la agonía o las máquinas, y si vivir con una cierta alegría los últimos días que nos tocan, en habitaciones luminosas, con hermosos jardines donde pasear, ser paseado o simplemente poderlos ver desde la habitación...
Hemos hecho del cáncer algo secreto y de la muerte algo de lo que no se puede hablar, como si así la conjurásemos.....
Gracias José Luis por tu comentario. Es cierto que en ocasiones se puede elegir ir solo y enfrentarse solo a todas esas situaciones que se viven en ese mundo hostil que es el hospital, la enfermedad, los tratamientos.
El "protagonista" de este post, no pudo elegir, (por desgracia.
Tienes mucha razón en tu última frase (me la copio). Hemos hecho del cáncer algo secreto y de la muerte algo de lo que no se puede hablar. Es como decía A. Jovell: Tres enfermedades en una: la orgánica, la emocional y la social y ésta última se llama soledad. Por muchas campañas y días internacionales, nacionales de la enfermedad, es cierto que la soledad acompaña demasiado al enfermo.
Un abrazo.
M.
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