Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

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viernes, 24 de octubre de 2014

SuJeCioNeS: DeS - aTaR...

 
La Confederación Española de Organizaciones de Mayores, Ceoma, continúa su campaña para seguir actuando contra prácticas, como las sujeciones físicas, que muchas veces se imponen a ancianos y enfermos con demencia. Por ello ha editado, dentro del Programa Desatar, el «Folleto informativo para familiares sobre sujeciones físicas», en el que defiende que las sujeciones lejos de garantizar la seguridad del paciente, limitan su libertad de movimientos y empeoran su calidad de vida. La eliminación de sujeciones mejora la calidad de vida, la movilidad y aumenta la autonomía de las personas con demencia.

Mitos y Realidades

Mito: previenen las lesiones por caídas.
Realidad: las sujeciones no disminuyen el riesgo de caídas, y sin embargo aumentan el riesgo de lesiones graves tras una caída.
 
Mito: evitar las sujeciones conlleva necesitar más personal.
Realidad: se ha demostrado en la práctica que eso no es cierto. En muchos casos se ha observado un mayor uso en centros mejor dotados de personal.
 
Mito: las familias exigen una seguridad absoluta en la residencia, y que se recurra a las sujeciones si son necesarias.
Realidad: el centro puede ofrecer una seguridad razonable sin usar sujeciones, lo que hace más probable lograr un mayor grado de bienestar, y una mayor autonomía física, mental y psicosocial para las personas que en él viven.
 

Al evitar las sujeciones, mejora la calidad de vida de estos enfermos


 
Aceptar cierto grado de riesgo es esencial en un buen cuidado

A quienes aún piensan que trabajar sin sujeciones es imposible y que las que se vienen utilizando desde siempre son necesarias e imprescindibles, habría que preguntarles: ¿no se podría cuidar a las personas mayores si no existieran sistemas de sujeción?, ¿seríamos incapaces de proteger a una persona sin atarla?

Hoy en día, en España, desatar en residencias se ha convertido en un fenómeno generalizado y en un mérito que se reconoce, profesional y socialmente, pero ¿se comprende bien la conveniencia de desatar?

Si es posible trabajar sin sujeciones, hacerlo es una obligación moral.
Todos los centros están trabajando en reducir el uso de sujeciones. De hecho en sus diez años de andadura, el Programa Desatar ha sido testigo de un claro descenso de la prevalencia de uso de sujeciones. Pero no es lo mismo reducir su uso, que erradicarlas de un centro y mantenerse libre de ellas de forma indefinida. El programa monitoriza unos indicadores que miden la seguridad y se cerciora de que los centros libres de sujeciones son seguros para los residentes, al menos tan seguros como los centros que siguen utilizando estas prácticas. Es una cuestión de convicción, estrategia y organización, con un inequívoco apoyo de los administradores.
Con la idea de que se ha de aceptar cierto grado de riesgo como parte esencial de un buen cuidado, se logra evitar el sobreproteccionismo de las personas mayores y sus consecuencias.
Cuatro años de trabajo analizando el patrón de uso de sujeciones en 800 centros permiten concluir que la mayor parte de las veces se utilizan por cuestiones organizativas, que pueden cambiarse, o por condiciones del entorno que pueden mejorar.
Las sujeciones nunca pueden cubrir una deficiencia, falta de capacidad profesional o defectos organizativos y/o en el entorno.

Hoy sabemos que mantener cierto grado de tolerancia ante esta situación lleva a no lograr su erradicación, aun siendo posible, y se traduce en justificar, en explicar su necesidad a familiares y trabajadores y en ver cómo se relaja el tono de vigilancia y el acompañamiento al paciente.

Se podría afirmar que se aplica una sujeción cuando no sabemos qué otra cosa hacer ante un problema o si no tenemos otro medio mejor para manejarlo. Los profesionales que reflexionan sobre ello pueden llegar a ver que usar una sujeción es un fracaso, y así desplegar todos sus recursos técnicos, de experiencia y de creatividad para evitarla.  Evitar una sujeción se convierte en uno de los más poderosos motores de mejora de la calidad asistencial.
 
 
Centros libres de sujeciones: el mérito de 'desatar' en residencias.
Extraído de un texto de Antonio Burgueño, director técnico del programa 'Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer'
 
 

2 comentarios:

Josep de Martí dijo...

Llevo unos cuantos años trabajando en el sector de las residencias geriátricas y servicios de atención a personas mayores y la cuestíión del uso de conteniones como parte del tratamiento geriátrico lleva años suponiendo un tema de debate muy importante. Hay cuestiones jurídicas, éticas y de atención que tienen mucho peso. Creo que la tendencia hacia una atencíón sin contenciones (o con muy pocas) se irá imponiendo. Hoy ya lo está haciendo aunque existen resistencias por parte de profesionales que, con buena fe, consideran que es la mejor forma de actuar. Creo que dentro de unos años el programa "desatar al anciano" y el "libera-ger" serán recordados como pioneros. De momento quien busca una residencia geriátrica puede empezar a elgir entre una "sin contenciones".

Violeta (Pilar Lázaro) dijo...

No se puede decir más y mejor.
Gracias Josep de Martí por tu aportación.