El individuo que enferma con una dolencia grave, por ejemplo
cáncer, encuentra casi siempre un equipo médico capaz de utilizar todos los
recursos disponibles para su tratamiento. Se abunda en la aplicación de la
tecnología más avanzada, se dedica tiempo al paciente, se le alienta para
sobrellevar las dificultades de los tratamientos. Hay entusiasmo entre los
miembros del equipo. La actividad es intensa y nadie escatima esfuerzos. Existe
un objetivo unificador, hay que salvar al paciente, curarlo o prolongar su vida…
Hay un espíritu de creatividad y energía. Si queremos describir la atmósfera
que impregna esta situación, podemos decir que está llena de actividad, sonido,
pautas en común y discrepancias.
Si el paciente cura o prolonga su vida con un nivel aceptable
de calidad, se comparte en el equipo una sensación de triunfo y eficacia. El
paciente ha cooperado y recibe el estímulo y aceptación de sus médicos y
familiares.
Pero, qué pasa si los
tratamientos no alcanzan el efecto esperado, si los síntomas se intensifican y
la enfermedad avanza hasta un punto que no se puede controlar? Cuando el
proceso se vuelve irreversible se entra en la etapa final de la enfermedad.
Aquí entonces todo cambia. El tiempo que se da al paciente se reduce
rápidamente, casi desaparece. El médico, en la mayoría de los casos, considera
que ha hecho todo lo posible y que su tiempo debe dedicarlo a los pacientes que
pueden responder de forma eficaz a la terapéutica.
Además en el equipo existe una sensación de malestar frente al paciente con enfermedad
en fase terminal, la euforia se transforma en una vivencia de fracaso y
automáticamente el impulso hacia el paciente cambia hacia el rechazo que,
consciente o inconscientemente, se expresa por medio de visitas más breves y
cada vez menos frecuentes. El sonido de las conversaciones acerca del paciente
y sus problemas, se convierten en silencio. El paciente se vuelve poco
colaborador y simpático. Se muestra molesto, provocador, exigente y entra en la
categoría de paciente difícil. La
actitud del médico hasta entonces activa, entusiasta y creadora, se transforma
en pasiva y desalentadora. El tiempo que dedica al paciente es el mínimo
indispensable y encuentra en la evasión su mejor mecanismo de defensa,
contribuyendo al aislamiento del paciente.
Por qué un cambio tan radical?
El modelo tradicional nos enseña que el médico debe cuidar y
curar al paciente… Sin embargo hemos ido olvidando nuestra obligación de cuidar
y nos hemos concentrado, con toda la tecnología disponible, en curar. Nos sentimos incapacitados para ofrecer al
paciente los cuidados que necesita desde ese momento hasta su muerte.
El período de tiempo que separa el diagnóstico de enfermedad
terminal y el momento de la muerte puede ser de varios meses y los últimos días de una vida son, por su
misma naturaleza, los más importantes.
La paradoja es que se produce una infrautilización de los
recursos del cuidar por falta de información y adiestramiento en las técnicas y
metodologías científicas: control de síntomas, apoyo psicológico y emocional,
problemas religiosos y espirituales, económicos, de relación, recursos
disponibles,… Por lo tanto, si el grupo terapeuta no dispone del conocimiento
de las técnicas adecuadas para resolver con eficacia las necesidades del
paciente, éste deja de ser objeto de su atención y pasa a una situación de aislamiento, rechazo e inabordabilidad.
En la próxima entrada
abordaremos la interacción médico-paciente con enfermedad terminal, interacción
paciente-familia y la importancia de la fase terminal.
Extraído de un artículo de:
J. Sanz Ortiz y R.E. Bild*
Jefe de Sección de Oncología. Servicio de Medicina Interna.
Centro Médico Marques de Valdecilla. Santander
*Psicoanalista del King´s Collega London.
2 comentarios:
Tienes toda la razón R.O.B.E.R. El equipo lo formamos todos y entre todos cuidamos, aliviamos, curamos...,Todos aportamos, siempre sumando. Gracias por comentar algo que es fundamental: trabajar en equipo.
Me ha gustado el planteamiento del post!
Es cierto que la figura del médico es de relevancia pero ¿donde está la enfermeria? Si en algo destacamos en el cuidado del paciente, sobre todo en procesos tan complicados como la pluripatología o pacientes con cancer. Mas que nada porque estamos 24 horas con ellos o de alguna manera bastante cerca.
Era simplemente una opinión pero, el post me ha gustado eH!
Siempre en positivo :)
Publicar un comentario