Este es el blog de un equipo de Cuidados Paliativos... trabajamos "a pie de cama", en el domicilio del paciente, en su espacio más íntimo y personal.

Todos los días hay un viaje distinto, duro, sorprendente, triste, emocionante... y con un final.

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martes, 23 de junio de 2015

Una habitación sin vistas


Viene cada martes puntual a su cita... más que viene, lo traen. Cada vez se percibe más frágil, sin embargo siempre sabes que está ahí porque desde el fondo del pasillo ya se acerca en su silla de ruedas hablando en voz muy alta y contando algún chiste.
Mirándolo a los ojos te das cuenta de la gran biografía que hay detrás de ese ser humano. Una biografía que en algún momento la vida decidió que debía escribirla solo, tal vez porque él así lo quiso, tal vez porque las circunstancias así lo decidieron.

Estar SOLO cuando se ha de lidiar con una enfermedad de esas que pueden acabar con TODO lo que uno es, no tiene que ser nada fácil. No poder compartir preocupaciones, recuerdos, que nadie se acuerde de lo que uno ha sido y sigue siendo, supongo que es también una forma de perder esa dignidad tan importante al final de la vida, porque morir con dignidad no es sólo que a uno le quiten el dolor, o los síntomas molestos, también significa ofrecerle su respeto y reconocerlo como persona, en lugar de únicamente como paciente. Hay quien dice que la soledad (obligada) es otra enfermedad y estoy de acuerdo. Y desgraciadamente cada vez es más y más frecuente.

Y ahí está él, solo en una habitación sin vistas, esperando a que alguien aparezca para aprovechar ese breve tiempo y contarle un chiste, o simplemente para preguntar cómo se llama. Imagino que para saber que ahí, al otro lado hay alguien, por si esa es la última vez que ve abrirse la puerta.




1 comentario:

Alondra dijo...

Una historia triste pero hermosa a la vez. Hoy la sociedad tiene grandes cambios familiares y la soledad se adueña de muchas personas. Pero el protagonista de tu historia parece estar contento consigo mismo e interiormente no se siente solo.
Como dijo Martin Luther King: “Vas a morir solo. Más te vale que creas solo”. Bueno, en estos años de convivencia con la leucemia he sentido que el mejor analgésico es el consuelo humano, y vosotros sabéis mucho de ese tema ¿verdad?
¡Gracias por vuestra compañía!