SI ME AMAS, NO ME LLORES
La muerte no es nada.
Solamente he pasado al otro lado.
Yo soy yo. Tú eres tú.
Lo que éramos el uno para el otro, seguimos siéndolo.
Dame el nombre que siempre me has dado,
háblame como lo has hecho siempre.
No uses un tono diferente,
no tomes un aire solemne ni triste.
Continúa riéndote de lo que nos hacía reír juntos.
Sonríe, piensa en mí, reza conmigo.
Que mi nombre se pronuncie en casa como siempre,
sin énfasis de ninguna clase, sin huella de sombra.
La vida significa lo que siempre ha significado,
es lo que siempre ha sido: el hilo no se ha cortado.
¿Por qué estaría yo fuera de tu pensamiento?
¿Simplemente porque estoy fuera de tu vista?
No estoy lejos....justo al otro lado del camino.
Ves, todo está bien.
Si me amas, no me llores!
Según San Agustín
4 comentarios:
Gracias!
Ya no recordaba éste escrito y es uno de los más llamativos por su ternura y cruel realidad.
Un canto a la muerte, que no pretende ser recordada como tal.
Me gusta el blog, lo enlazo.
Hola princesa.
Si, es una aceptación de la muerte como parte de la vida. Yo no lo veo cruel, lo siento cercano, casi te diría que describe la muerte como algo cotidiano, incrustado en la vida.
Me gusta que te guste el blog.
Un saludo
Hermoso. Lo llevo como tatuaje y se me había olvidado... Gracias
¡Simplemente precioso!
Me ha encantado la forma en que ha expresado San Agustin, el deshacernos de una envoltura y seguir viviendo en un cuerpo menos denso, que es como yo veo la muerte.
Un beso.
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